Por la mañana estar tan tranquilo y en la tarde cuando das un bello paseo.. ser encontrado por los enemigos, eso fue lo que le ocurrió al pobre dragón. Dos de los que atacaron a su clan lo encontraron a saber cómo y hubo una pelea bastante injusta a decir verdad, pero Aphelios estaba listo para pelear sin importar cuantos fuesen. De alguna forma logró herirlos también, provocar que huyeran y él malherido volvió a su hogar medio a rastras. Tomó su forma humana y dentro de su nido terminó sentándose y ponerse a descansar. — No tuve que haber salido...- Se dijo a si mismo, cerrando sus ojo
Estaba seguro que en un momento u otro se encontraría con Seiryu, eso lo tenía muy claro y no le molestaba. De alguna forma estaba esperándolo aunque no para ser curado, pero eso fue una gran ayuda. — Gracias por tu ayuda Seiryu..- Susurró. Había observado la mirada ajena, había algo diferente... Llevó una de sus manos hasta el rostro del mayor y con una pequeña y suave sonrisa lo tomó de este para que lo mirase. — Estaré bien. Esto.. me lo hicieron dos dragones. ¿Recuerdas lo que te conté sobre mi clan? ¿Y los desertores de los del sol? Dos de ellos me encontraron... Parece que están buscándome, pero ehh, ellos fueron los que huyeron y no yo.- Para él era muy importante el no huir sino era realmente necesario y lo tenía bajo control, mas o menos. Y ahí por fim decidió preguntar. — ¿Está todo bien.. Seiryu? Tu mirada no es la de siempre.-
Cuándo Seiryū fué a ver qué pasaba o por que había tanto alboroto, se encontró con esa situación. Claramente se preocupó pero una vez más se dedicó a sanar esas heridas, esta vez gracias al agua y sus poderes sanadores. No le pregunto absolutamente nada, estaba demásiado serio en ese momento que empezó a colocar las vendas. Incluso miró al menor fijamente en cierto momento, pero optó por no preguntar. ──Mejor? Ya no debería arder...- ¿Por que no le pregunta nada? Quizá pretende no importunar?
