Corresponde el ruidoso beso dándolo igual. La azabache le suelta tomando su mano.

- Te ayudo a buscar! Vamos ~

La jala suave para ir por la arena y revisar todas las piedras que se pudiera.

Al sentir sus labios cerca, le deja un ruidoso pero cariñoso beso.

— No lo sé. Quiero encontrar una que tenga una gemela, así los llevamos juntas ~ y los bebés pueden escoger la que deseen.

La aprieta más dejando un recorrido de besos desde su hombro hasta su cuello y mejilla.

- haha, a veces nos escabullimos (?) Necesitamos darnos amor ~

Busca en esos besos llegar hasta la comisura de sus labios.

- ¿Que caracol escogeras para tu collar? ~

Suspira leve, fijando la vista ahora en el cielo claro. Se sentía muy a gusto en ese abrazo.

— Se siente como si hubiésemos escapado de los niños... Pero si, me gusta cuando estamos solas ~

- Es una buena idea, pueden ser collares para cada uno

Sonríe suave ante la idea, pasa sus manos por el vientre ajeno en caricias suaves.

- Me relaja mucho la playa y el estar con Nina... Deberíamos hacer paseos más consecutivos tú y yo, me gusta nuestra intimidad

Como siempre, estaba encantada con las ideas de Anto. El aire fresco del mar era bueno para ambas, se merecían un descanso después de todo.

— Si, las estoy recolectando para eso. Pensé que las pueden pintar también.

Abre sus manos mejor, enseñando la variedad de tamaños que había juntado.

- Tal vez deberías ser algo sucia y silbarme...

Diría en broma colocando su mejilla en la ajena mirando el mar y el paisaje.

- Te pregunté si querías mar y chocolate y dijiste que si ~ Me alegra que te gustará la idea

Observa los caracoles que tomo y curiosa pone su mano encima de la mano de ella para revisarlos.

- ¿Para los niños? Se pueden mandar hacer en collar...

— He visto a hombres silbar cuando una mujer les parece atractiva. Se me hace vulgar, pero parece ser algo inevitable.

Siente el abrazo cálido en su espalda, sobre todo los senos de la mujer apretandose contra si.
Nina se muerde el labio y no dice nada al respecto, pero observa el mar.

— Fue una buena idea venir aquí ~

Antonella estaba perdida en sus pensamientos, al escuchar la voz de la rusa su atención vuelve a la realidad. Una sonrisa ladina le hace acercarse a ella.

- ¿Por qué lo dices? No sabía que no podías silbar haha...

La abraza por la espalda apretando su cuerpo contra el de ella.

- El día está hermoso...

En esa bonita tarde en la playa Nina recogía algunas caracolas para sus hijos cuando se distrae.
Su esposa se veía no sólo increíblemente atractiva en su traje de baño, sino que la expresión perdida en su mirada atrapaba siempre a la rusa.

— Si supiera silbar, lo haría... ~