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| Rol de misterio | Rol policial| Rol social sólo en tiempos de ocio | No +18 sin una trama |
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Por supuesto, le dio la bienvenida con un amable gesto y le siguió, sacudiendo un poco el largo de su vestido con cada paso que daba. Temía que hubieran restos de harina. No era así, sólo una preocupación sin sentido.

— Estarías en problemas si fuese otro tipo de persona. — dijo en un tono suave, al momento que con un gesto le invita a sentarse en una de las sillas de la cocina; sólo eran dos, las necesarias para Gala. — Desapareces y regresas cuando puedes, lo entiendo. Y lo acepto, porque te acuerdas de mí.

Ocupó lugar frente a él, cruzando sus brazos al sonreír. No era momento de abrumarle con preguntas o la anécdota de cómo ese mismo día, había renunciado al trabajo. Prefería ante todo, aprovechar el tiempo que tuvieran y descansar.

— ¿Qué quieres comer? Porque mi almuerzo iba a ser un café y pastel, pero dejemos el pastel para el postre.
| ¿Y este AU? Ow. ♡

Estaba ojeando un libro de recetas, perdiendo el tiempo mientras dentro del horno apagado yacía el pastel en reposo.
No esperaba a nadie al oír el llamado a la puerta, además ¿qué hora era, siquiera? Gala abandonó la cocina, y observó por la mirilla de la puerta. Ahí estaba él. Se había perdido toda la mañana como a veces era costumbre, y verle causó una sonrisa espontánea.

— Al fin.

Se sentía el leve reproche en su voz cuando abrió, haciéndose a un lado. Pero de todas formas, la pelirroja lo abrazaría suave apenas se moviera para entrar.

— Qué cara traes...
A1582445 · F
Ya tenia el destino fijo en la pantalla, y ella por su parte solo se acomodo en el asiento, era un auto qué se conducía solo y bastaba con prenderlo para que diera marcha. Así podría hablar con el extraño sin verse "grosera" por ignorarlo.

«El auto nos llevará a partir de ahora, sin extraños podremos hablar con libertad.» Transcribió esto al traductor y luego lo mostró.

Clavo su mirada en el contrario, si él no lo hacía, ella comenzaría con una ráfaga de preguntas de todo tipo. Aún si no hablaba un perfecto italiano, se preparo para el momento y tratar de entender lo mejor posible.

—¿Qualsiasi domanda?— dejo oír su voz, con un pésimo asentó pero al menos lo intentaba.
A1582445 · F
La imagen que tenia le pareció por demás estrafalaria, cabello de dos colores era algo que sin duda solo se veía en occidente. No tomo más importancia, aun que si se llegó a preguntar como es que permitían a alguien así en la mafia italiana. Diferencias de culturas fue su conclusión.


Y sí, por desgracia se dedico el poco tiempo que tuvo a pensar una estrategia para sus negociaciones, pensó claramente en sus necesidades y el cumplir con la prioridad para el jefe, pero nunca se preocupo por el idioma, fue hasta el momento de querer escribir el letrero que entendió ese fallo; por suerte existe la tecnología. A partir de ese momento, seria lo que usaría para comunicarse por completo.

Tuvo suerte de ser sorda y solo preocuparse por el movimiento de los labios, aun con ello, y luego de una reverencia como era habitual en su país, utilizo el traductor de su teléfono para aclarar algunos puntos.

«Mi nombre es Anzu, soy sorda. Sigame, yo me encargaré del resto.»

Apenas y dejo que lo leyera, pues rápidamente emprendió el paso por una salida diferente a donde ella había entrado, fueron algunas de las medidas que se decidieron tomar. Fuera del aeropuerto una camioneta ya los esperaba para el traslado, esta vez, sin chófer.

«Arriba, prepararé el curso.» Volvió a mostrar el aparato con la traducción. No es que fuera del todo tajante, más bien no quería perder el tiempo en un lugar con tantos ojos.
A1582445 · F
A veces las noticias viajan más rápido que el sonido y una de la magnitud de lo ocurrido en Italia llegaría con aun más rapidez a los oídos de la yakuza. Situaciones así eran oportunidades de expansión qué cualquiera fuera de la isla verían como únicas; Si no fueran tan tradicionales, Japón no sería la excepción.

Irónicamente, un pequeño grupo yakuza se había alzado entre las sombras, son sobrada popularidad al ser sus miembros gente con peculiaridades. El ser distintos los posiciono rápidamente como uno de los mejores grupos criminales de Japón, después de todo, nadie sospecha de los inválidos durante un atraco.

Esta nueva forma de pensar, en la que cualquiera podría unirse a un grupo de tal reputación, era justo el por qué se había aceptado negociar con italianos, pero no todo era color de rosa. Su negociante sería la única persona en el grupo a la que las palabras bellas y promesas inalcanzables no podrían embelezar: la chica sorda. Había empezado de la manera más absurda, siendo enfermera de profesión, se unió por el deber más que por gusto; nunca dejo a un paciente sin cura aun si este no lo merecía.

Los preparativos ya estaban listos, solo faltaba el invitado al qué claro iría a recoger por su cuenta en un auto de la compañía, las desventajas de solo ser una [i]shatei[/i].

“¿Por qué yo? Los otros tarados pudieron ir... Uno ciego y otro mudo, bueno ya entendí porque.” Todos esos tipos de pensamientos la aquejaban en el asiento trasero del sedan negro. Al menos fue hasta llegar al estacionamiento del aeropuerto. Una mirada fue suficiente para que chófer y ella entendieran el siguiente paso.

Anzu bajo del vehículo, con una pizarra qué tenía el nombre clave del contacto, suficiente reconocimiento para el primer viaje. Torpe se sentía por dicho trabajo, pero sabía el papel que iba a cumplir en un lugar público.
User1579076 · 26-30, F
(¿Viste que si te había respondido? Con prueba y todo, pero vuelvo a reenviar)

Mucho movimiento esos dos días que llevaban desde que consiguieron al primer hombre, ahora al parecer habían otras unidades en camino para el segundo.

- ¿Que te parece Dorian? Al parecer tenemos tres reinas abejas peleándose por el territorio, aquí, aquí y acá.

Señalo con aquel dedo gordo el hombre que le indicaba en el mapa de la ciudad las zonas rojas donde posiblemente estaban los traficantes, además de ello eran zonas donde usualmente se vendía bastante droga.

— Me parece que hay uno que está alborotando el gallinero señor, El nuevo.

Así le tenían por nombre ya que nunca lo habían visto pero en los suburbios se empezaba a escuchar su nombre, vendía una droga especial al parecer, una que superaba al de los otros dos pranes.

- Unidad 18 señor, encontramos a otro hombre muerto —Se escucho la voz femenina de una policía por aquel radio que tenía el otro detective—

- A buena hora... Están moviéndose como cucarachas.
— A ver ahora de quién se trata, señor.

Pasada la hora en aquella escena del crimen Dorian hace su acercamiento al cuerpo, revisando su billetera y objetos personales se dieron cuenta de que este era nuevo.

— Raro, no lo reconozco ¿Tienen los datos de el?
- Estamos en proceso señora.
— ¿Quien eres?...


Nuevamente en la estación policial con los datos buscados le entregan la información a Dorian.

- ¿Vio el vídeo de la cámara de seguridad?
— Si, uno de los hombres de Ricco lo mató ¿Que demonios les está pasando a estos pranes?
- Al parecer todos se conectan señora...
— Y dan justo con el chico nuevo...

Sus manos estaban en sus caderas mirando la pizarra la cual conectaba con hilos y distintas fotografías, daban al centro con un enorme signo de interrogación en rojo.
User1579076 · 26-30, F
"Flash" fue el sonido de los disparos que daba aquella cámara de uno de los forenses, el perímetro estaba marcado en distancia de los traseuntes, era una escena del crimen impactante para muchos, menos para Dorian que ya estaba acostumbrada a ver tipos con sesos fuera.

- Coincide con uno de nuestros hombres señora

Unas fotos encima de una tabla de las investigaciones recientes mostraba documentación y datos del hombre asesinado. La rubia al tomarlo en sus manos reviso todo con detalle, hacia la comparativa del cadáver y de la foto del caballero vivo.

— ¿Puedes creer que son padres de familia y se meten en estos problemas?

Su mano se deslizo en su menton y parte de sus mejillas analizando la situación, entrego la tabla a su asistente y se acercó enseguida al cuerpo muerto detallando alguna otra pista que se les haya escapado.

— Aquí hay gato encerrado. Este tipo era un soplon me parece, trabajaba con Dagger ¿Por qué Dagger lo mataría si era el más sencillo? Digo, era como una rata escurridiza le podía servir para más tratos...

- ¿Puede ser que trabajará para el otro jefe que estamos buscando?

— Así parece... No pueden matarlo así como así. Si no fue Dagger... Fue el otro misterioso que aún seguimos buscando... Ah, me gusta cuando se ponen creativos.

Da una palmada fuerte dejando una posible conclusión.

— Voy a recibír esto como su carta de presentación, apuesto por el tipo nuevo, conozco a Dagger, persigo sus huellas y se cómo se maneja, esto no es obra de el.

- Ya las pruebas están listas, podemos retirar el cuerpo.

— Adelante.

Dorian quedó intrigada pero con bastante emoción ante aquel misterioso caso.

— Vamos a empezar a jugar ~
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Aoi1566891 · 26-30, F
Aoi1566891 thinks you are Pretty.
[b][c=#660000]─ Claro, mentirme no habría sido el mejor recurso, aunque nos conocimos a través de un medio, en el que se podría facilitar la omisión y la mentira. ─ [/c][/b]Ella era algo desconfiada con las cosas que veía y oia a través de las redes, pues sabía que aunque ahora vive en la era de la información, el flujo de la misma había llevado a la humanidad a la polarización y una nueva era de oscurantismo, sin embargo, no era el tema que pretendía tratar con él.

Miró de reojo el lugar y se sintió complacida con lo que veía del restaurante, su elegancia y la buena atención de su anfitrión, por ahora le hacía sentir que su viaje no había sido en vano. ─[b][c=#660000] Puedo notar el buen gusto en tu elección, agradezco la cortesía de haberme invitado a este lugar. ─[/c][/b] La pelirroja se sentó en el lugar que él había sugerido, quedando frente a él, en un ángulo perfecto para poder observar a detalle sus gestos y sus ojos.

Irina, notó lo peculiar del cabello ajeno, pero no se distrajo observando, porque su principal interés era entenderlo y crear un plan para ayudarle con esos problemas amorosos que él previamente le planteó, durante sus charlas por internet.

[b][c=#660000]─ ¿En serio? quizás elegí alguna imagen en la que me veía un poco más presentable─[/c][/b] bromeó, no sabía qué tanto difería su foto, a ella en persona, pero estaba segura que quizás el viaje había mermado belleza en su rostro o que tal vez había elegido alguna imagen que tuviera una irreal edición.

[b][c=#660000]─ Espero que me sugieras un platillo y mientras esperamos una copa de vino me vendría bien, para amenizar la charla y comenzar a hallar un camino que solucione tu dilema. ─[/c][/b]