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«Uno más, y después se acabó.»
 
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Del jalón casi tropieza. Sus pies torpes casi enredándose entre sí bajo la clara señal que no estaba del todo bien. Sus sentidos alterados bajo la recreatividad de la droga hacían de las suyas. Para Alessandro ese jalón fue como haber Sido lanzado hacia otro continente en su mente. Sus ojos se abrieron y la casca irritada en rojo se apreciaba.

—Uhhh, shit, ¿Es esto Francia? —Dijo casi incrédulo, entonces recordó que estaba drogado y exageraba. Quizá la pálida. Entonces volvió a la conversación y no pudo evitar ladear el rostro—, sí es sólo un beso me da igual, ¿Sabes? Esperaba que pidieras algo peor. Ojalá y luego podamos comer algo. Ya hace hambre.
Motomami · F
—La mujer disfrutaba de la miseria que había en la actitud de Alessandro, incluso en la ignorancia que había en hacer un acuerdo a ciegas con ella sin conocer su naturaleza real. Con firmeza tiró de él para hacerle acercarse a ella. — Ni siquiera sabes qué te pediré, ¿y ya me dices que sí? Es más fácil de lo que pensé. Bien. Primero cumple tu parte. Acércate y dame un beso.
—Seguramente es por mi nuevo perfume; amanecer bajo la cruda. —Soltó sin pensar mucho, carcajeando pues el porro ya estaba pegando. La hierba era fuerte... O quizá él más débil. No lo sabía, sólo siguió la diestra ajena que revelaba sus intenciones. Alessandro sonrió.

—Un mal movimiento podría quebrarme algún dedo, o la mano en sí. Espero sepas bien lo que haces, aceptaré tu petición sí lo logras, pero la moto no entra en juego.
Motomami · F
Sí, apestas un poco a sangre y vómito. —Arqueó sus cejas y llevó la mano derecha a la unión de las esposas, halando un poco de ellas para probar la fortaleza que tenían ellas y Alessandro— Puedo romperlas si quieres, pero a cambio de una cosa.
—Bleh, no recuerdo. Estaba muy drogado para recordarlo. —Pero ahí iba él, apenas consciente de quién era o cómo estaba y se había vuelto a armar un puro. La noche debió ser increíble, sin duda. ¿De qué otra manera llegó un cadáver a la bañera de la casa?— No sé por qué sonreís, pero me imagino que es. Encontraste las llaves y me sacarás, joder, por fin buenas noticias.
Motomami · F
—Liz arrugó el entrecejo y se acercó un poco más a él, inclinando el rostro para ver las esposas— ¿Quién te amarró? —no pudo evitar sonreír.
—Me gustaría, en serio —Trató de distanciar sus manos, haciendo que el sonido de la cadena de las esposas sonara al golpearse entre sí—, pero como ves no puedo ir muy lejos.
Motomami · F
¿Por qué? Compra más. Yo te lo invito.

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