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22-25, F
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SW-User
Le agarra cómicamente del cuello y le mira muy extrañada.
Cada acción de la chica era más y más extraña, viese como se viese había un montón de peligros para siquiera considerar la idea de dormir en un establo pero fue en ese momento en que todo hizo se alineó y de pronto, Aldara se volvería una figura clave en su largo viaje: ella y esa particular armadura.
— ¿Qué eres, un bárbaro? Ya pague los dos cuartos... Justo hemos derrotado a un monstruo, hemos bebido aquí ¿y piensas que voy a dejar a una chica como tú dormir con los animales? No no no — le soltó y negó con la cabeza — Mereces una buena cama por un trabajo bien hecho: que no se te olvide. Anda, ven conmigo
Y antes de que esta pudiese rezongar, la bruja le tomo de la mano y le llevó por las escaleras hasta los cuartos de la posada, confiándole la llave del suyo. Al entregarle la llave, le sostuvo un momento la mano y le miró con seriedad
— ¿Qué tal si... hablamos un rato tu y yo a solas? Hay algo que quiero preguntarte...
Cada acción de la chica era más y más extraña, viese como se viese había un montón de peligros para siquiera considerar la idea de dormir en un establo pero fue en ese momento en que todo hizo se alineó y de pronto, Aldara se volvería una figura clave en su largo viaje: ella y esa particular armadura.
— ¿Qué eres, un bárbaro? Ya pague los dos cuartos... Justo hemos derrotado a un monstruo, hemos bebido aquí ¿y piensas que voy a dejar a una chica como tú dormir con los animales? No no no — le soltó y negó con la cabeza — Mereces una buena cama por un trabajo bien hecho: que no se te olvide. Anda, ven conmigo
Y antes de que esta pudiese rezongar, la bruja le tomo de la mano y le llevó por las escaleras hasta los cuartos de la posada, confiándole la llave del suyo. Al entregarle la llave, le sostuvo un momento la mano y le miró con seriedad
— ¿Qué tal si... hablamos un rato tu y yo a solas? Hay algo que quiero preguntarte...
SW-User
— Entonces te doy la bienvenida, Aldara Amery. Yo, Julia Cordiath, abogaré por ti para que te unas al gremio
Tras estrecharse la mano, la bruja se dispuso a responder las dudas de su nueva compañera.
— Haremos trabajos para mejorar tu reputación dentro del gremio. La verdad es que las proezas realizadas antes de pertenecer a este no ayudan de mucho ya que los caballeros suelen quedarse con el crédito, si es que ocurre dentro de sus provincias. Muchas historias no se cantaron debido a la ausencia del gremio... por eso me temo que nunca había oído hablar de tu título: puede ser común entre los mercenarios, pero para mí... te conocí el día de hoy
La bruja se estira en la mesa, cerrando los ojos y bostezando.
— Estoy agotada... Pasemos la noche aquí y mañana mismo te registraremos con una guía para que empieces a sumar reputación ¿De acuerdo?
Tras estrecharse la mano, la bruja se dispuso a responder las dudas de su nueva compañera.
— Haremos trabajos para mejorar tu reputación dentro del gremio. La verdad es que las proezas realizadas antes de pertenecer a este no ayudan de mucho ya que los caballeros suelen quedarse con el crédito, si es que ocurre dentro de sus provincias. Muchas historias no se cantaron debido a la ausencia del gremio... por eso me temo que nunca había oído hablar de tu título: puede ser común entre los mercenarios, pero para mí... te conocí el día de hoy
La bruja se estira en la mesa, cerrando los ojos y bostezando.
— Estoy agotada... Pasemos la noche aquí y mañana mismo te registraremos con una guía para que empieces a sumar reputación ¿De acuerdo?
RavenEngel · F
La mañana había pasado tan rápido, incluso en su haber las horas se hicieron cortas, siquiera tuvo tiempo para alimentar a las aves del bosque y revisar los alrededores en busca de furtivos cazadores que irrumpen la paz de aquel sitio, el cual custodia y considera su segundo hogar.
Aún había mucho por hacer, sin embargo una idea circundante daba vueltas en su cabeza una y otra vez; recordaba la voz y el rostro de aquella chica que días atrás había causado desastres dentro del bosque. No solo se trataba de árboles cortados, y animales asesinados, para Aitor toda vida era indispensable en el mundo, presenciar aquello aún cuando fuese por necesidad realmente le molestaba, sin embargo no era alguien a quién le gustara tomar reprimendas por odio o venganza, simplemente acordó darle una lección antes de obligarla a pensar en como rectificar su error.
Las pisadas de su calzado sobre el terreno y tintineo de las piezas de oro acopladas en sus vestiduras con cada paso, anuncian la llegada de aquel varón de elegante porte al sitio pactado por su rival. Habían escogido una llanura extensa al final del bosque, de esa manera evitarían dañar la belleza que oculta el sitio, resguardando su magia y sus misterios.
─ ... ¿Te he hecho esperar de más? Por lo que veo no ha sido un problema ponerse cómoda... ─ exclamó a la distancia con un leve deje de sarcasmo, incitando de manera brusca llamar la atención de la mujer.
Aún había mucho por hacer, sin embargo una idea circundante daba vueltas en su cabeza una y otra vez; recordaba la voz y el rostro de aquella chica que días atrás había causado desastres dentro del bosque. No solo se trataba de árboles cortados, y animales asesinados, para Aitor toda vida era indispensable en el mundo, presenciar aquello aún cuando fuese por necesidad realmente le molestaba, sin embargo no era alguien a quién le gustara tomar reprimendas por odio o venganza, simplemente acordó darle una lección antes de obligarla a pensar en como rectificar su error.
Las pisadas de su calzado sobre el terreno y tintineo de las piezas de oro acopladas en sus vestiduras con cada paso, anuncian la llegada de aquel varón de elegante porte al sitio pactado por su rival. Habían escogido una llanura extensa al final del bosque, de esa manera evitarían dañar la belleza que oculta el sitio, resguardando su magia y sus misterios.
─ ... ¿Te he hecho esperar de más? Por lo que veo no ha sido un problema ponerse cómoda... ─ exclamó a la distancia con un leve deje de sarcasmo, incitando de manera brusca llamar la atención de la mujer.
SW-User
La pregunta le hizo enarcar una ceja.
Quizá la chica venía de una aldea lejana o algo así pero la pregunta era muy directa y sus modales dejaban mucho que decir. La armadura que portaba con más razón no debía pertenecer a ninguna orden lo que solo le generaba más preguntas. Pero algo era cierto: la chica era fuerte, capaz de aguantar golpes y hasta tenía un misterio en la forma de aquel colgante que se convertía en una armadura misteriosa: no había motivo para no investigar más al respecto.
─ Hmm hmm... Si estás buscando respuestas y puedes aguantar bien los golpes hagamos un trato ─ Julia se acomodó el sombrero ─ ¿Por qué no te unes a mi party?
Quizá la chica venía de una aldea lejana o algo así pero la pregunta era muy directa y sus modales dejaban mucho que decir. La armadura que portaba con más razón no debía pertenecer a ninguna orden lo que solo le generaba más preguntas. Pero algo era cierto: la chica era fuerte, capaz de aguantar golpes y hasta tenía un misterio en la forma de aquel colgante que se convertía en una armadura misteriosa: no había motivo para no investigar más al respecto.
─ Hmm hmm... Si estás buscando respuestas y puedes aguantar bien los golpes hagamos un trato ─ Julia se acomodó el sombrero ─ ¿Por qué no te unes a mi party?
SW-User
— Yo tengo con mi bebida. No te contengas, yo invito por esta ocasión
Por unos largos minutos, la bruja bebió su tarro de considerable tamaño, mirando su diario de viaje mientras le daba oportunidad a su acompañante de comer. Como previamente habían ido a reportar la cacería del monstruo, Julia cargaba con una pequeña bolsa de cuero que contenía monedas de plata y por supuesto que la había dejado encima de la mesa para que ningún ladronzuelo intentase quitársela del bolsillo.
Llegado el momento, la bruja colocó los codos en la mesa, entrelazó los dedos y recargó la barbilla sobre estos.
— ¿Y cuál es tu historia, pequeña Aldara? He viajado por muchos reinos y jamás he visto una armadura así— Julia hablaba lo suficientemente alto para que solo Aldara le escuchase, puesto que alardear solo lleva problemas. Su mirada estaba puesta en el colgante ajeno — ¿Robaste eso de algún lado? ~
Por unos largos minutos, la bruja bebió su tarro de considerable tamaño, mirando su diario de viaje mientras le daba oportunidad a su acompañante de comer. Como previamente habían ido a reportar la cacería del monstruo, Julia cargaba con una pequeña bolsa de cuero que contenía monedas de plata y por supuesto que la había dejado encima de la mesa para que ningún ladronzuelo intentase quitársela del bolsillo.
Llegado el momento, la bruja colocó los codos en la mesa, entrelazó los dedos y recargó la barbilla sobre estos.
— ¿Y cuál es tu historia, pequeña Aldara? He viajado por muchos reinos y jamás he visto una armadura así— Julia hablaba lo suficientemente alto para que solo Aldara le escuchase, puesto que alardear solo lleva problemas. Su mirada estaba puesta en el colgante ajeno — ¿Robaste eso de algún lado? ~
SW-User
El escenario cambia. Atrás han quedado los caminos olvidados y ahora el olor de carne recién cocinada abunda, así como el sonido de murmullos, de risas y de vómito: una noche más en uno de los muchos pueblos de paso que hay por todo el continente. El nombre de este es Valburg.
Valburg es un pequeño pueblo son protegido por el gremio de aventureros, como muchos otros a pesar de pertenecer al reino del norte. Solo una pequeña milicia de caballería esta como representante del reino: veteranos, canosos y más interesados en una buena cena que en proteger a la comunidad. La influencia de los gremios en los pueblos es tal, que muchas veces estos solo son ridiculizados por sus aires de grandeza.
La bruja y su acompañante están en una mesa y claro que la bruja ha robado un par de miradas.
— Me presentaré primero... — la bruja se tapa un ojo con la mano y pone su otro brazo bajo el busto — Julia Isabella Agnés Cordiath! Aventurera veterana y actual de dueña del título de campeona por beber más hidromiel en esta cabaña.
Había hecho un par de poses pero relajó la postura al ver que su acompañante estaba practicamente babeando sobre su plato de carne
— Cuando termines de babear, espero oír tu nombre... En serio, lo único que pude oír camino aquí fueron los rugidos de tu estómago
Valburg es un pequeño pueblo son protegido por el gremio de aventureros, como muchos otros a pesar de pertenecer al reino del norte. Solo una pequeña milicia de caballería esta como representante del reino: veteranos, canosos y más interesados en una buena cena que en proteger a la comunidad. La influencia de los gremios en los pueblos es tal, que muchas veces estos solo son ridiculizados por sus aires de grandeza.
La bruja y su acompañante están en una mesa y claro que la bruja ha robado un par de miradas.
— Me presentaré primero... — la bruja se tapa un ojo con la mano y pone su otro brazo bajo el busto — Julia Isabella Agnés Cordiath! Aventurera veterana y actual de dueña del título de campeona por beber más hidromiel en esta cabaña.
Había hecho un par de poses pero relajó la postura al ver que su acompañante estaba practicamente babeando sobre su plato de carne
— Cuando termines de babear, espero oír tu nombre... En serio, lo único que pude oír camino aquí fueron los rugidos de tu estómago
SW-User
Ella se arregló el sombrero y miró con sorpresa la revelación de la persona en armadura. De cerca se observa mejor una provocativa vestimenta negra aunada a una larga cabellera rubia y mrar color ámbar. El atuendo solo sirve para resaltar su voluptuosa figura: bien alimentada y del tipo por el que los borrachos de la taberna empezarían una pelea.
— Déjame adivinar... ¿Papá quería un varón y te tuvo a ti? Te mueves mejor que varios hombres que he conocido, cortita — exclamó bromista — Si quieres tu pago en comida... solo espera a que recolecte unos materiales
La bruja le dedico un cumplido y procedió a recolectar lo que pudiese de la bestia. Se agachó para tomar un par de colmillos, le cortó las orejas y tomó las garras más afiladas, colocándolas en una bolsa de cuero cerrada por un hilo . Se colgó la bolsa al hombro y se giró.
— Guardemos las presentaciones para la taberna y un buen tarro de cerveza. Aunque... — le mira de abajo hacia arriba y enarca una ceja — ...para la jovencita pediremos un jugo fresco o leche ~
— Déjame adivinar... ¿Papá quería un varón y te tuvo a ti? Te mueves mejor que varios hombres que he conocido, cortita — exclamó bromista — Si quieres tu pago en comida... solo espera a que recolecte unos materiales
La bruja le dedico un cumplido y procedió a recolectar lo que pudiese de la bestia. Se agachó para tomar un par de colmillos, le cortó las orejas y tomó las garras más afiladas, colocándolas en una bolsa de cuero cerrada por un hilo . Se colgó la bolsa al hombro y se giró.
— Guardemos las presentaciones para la taberna y un buen tarro de cerveza. Aunque... — le mira de abajo hacia arriba y enarca una ceja — ...para la jovencita pediremos un jugo fresco o leche ~
SW-User
La punta del arma atraviesa con facilidad el cuello de la bestia herida. Esta mueve su cuello retorciéndose pero el golpe ya ha asestado un punto vital. EL monstruo chilla agudamente y en las manos del portador de la espada se puede sentir como el bombeo de sangre empieza lentamente a detenerse. Con sonido seco, las alas caen al suelo seguido de la cabeza de la bestia.
El arma abandona la carne lentamente y se observan los ojos sin vida del monstruo con sus fauces abiertas. El pelo está chamuscado por la magia de fuego pero las garras y los dientes, así como la cola están en perfecto estado. El guiverno es un nargacu joven. Un depredador nocturno y monstruo de nivel intermedio de acuerdo a la información del gremio. yace muerto ahora frente al ser de corta estatura que de pronto podría sentir un ligero golpe en su yelmo.
— Lo hiciste cortito! Salvaste a una dama en apuros, felicidades! — dice la maga con una sonrisa — No esperaba encontrar a nadie por este camino desprotegido
Ella se pone al lado del caballero y mira al derrotado monstruo.
— Supongo que querrás una recompensa... ¿Un besito en la mejilla bastará? Pero para eso tendrás que quitarte el casco—bromea tapándose la boca
El arma abandona la carne lentamente y se observan los ojos sin vida del monstruo con sus fauces abiertas. El pelo está chamuscado por la magia de fuego pero las garras y los dientes, así como la cola están en perfecto estado. El guiverno es un nargacu joven. Un depredador nocturno y monstruo de nivel intermedio de acuerdo a la información del gremio. yace muerto ahora frente al ser de corta estatura que de pronto podría sentir un ligero golpe en su yelmo.
— Lo hiciste cortito! Salvaste a una dama en apuros, felicidades! — dice la maga con una sonrisa — No esperaba encontrar a nadie por este camino desprotegido
Ella se pone al lado del caballero y mira al derrotado monstruo.
— Supongo que querrás una recompensa... ¿Un besito en la mejilla bastará? Pero para eso tendrás que quitarte el casco—bromea tapándose la boca
SW-User
Ver que de pronto no estaba ya a la vista sin duda asombro a la hechicera que giró un poco la cabeza buscando la pequeña figura, pero quién no perdió el tiempo fue la bestia negruzca que siguió con su cabeza el movimiento del brillante trozo de metal. Pudiese ser que el chico sin la armadura fuese muy hábil pero semejante protección venía con el costo de una reducida movilidad
Antes de que el árbol pudiese caer, la criatura retrajo su cola, se agazapó y dio un salto con ambas garras al frente. Sus fauces capturaron a la figura en pesada armadura y al caer la arrastró un par de metros levantando tierra.
Los ojos rojos y brillantes de la criatura parecen atravesar el yelmo. La presión de sus fauces es considerable y dentro de la armadura se pueden sentir los crujisdos de esos enormes dientes queriendo penetrar sin éxito el duro metal. La bestia abre la boca y suelta el hombro del caballero, preparada para atacar de nuevo... pero en ese instante su rugir se ve interrumpido por un golpe de calor que se expande. Una gran bola de fuego golpea el costado de la bestia que flaquea por el dolor
— Buen trabajo cortito! ¡AHORA ATACA! — exclamó dándole la señal
Antes de que el árbol pudiese caer, la criatura retrajo su cola, se agazapó y dio un salto con ambas garras al frente. Sus fauces capturaron a la figura en pesada armadura y al caer la arrastró un par de metros levantando tierra.
Los ojos rojos y brillantes de la criatura parecen atravesar el yelmo. La presión de sus fauces es considerable y dentro de la armadura se pueden sentir los crujisdos de esos enormes dientes queriendo penetrar sin éxito el duro metal. La bestia abre la boca y suelta el hombro del caballero, preparada para atacar de nuevo... pero en ese instante su rugir se ve interrumpido por un golpe de calor que se expande. Una gran bola de fuego golpea el costado de la bestia que flaquea por el dolor
— Buen trabajo cortito! ¡AHORA ATACA! — exclamó dándole la señal
SW-User
El aliento sale de la delgada rendija del yelmo.
La extraña observa detenidamente que, si bien es de corta estatura, es demasiado alto para pertenecer a la tribu de los enanos. Tampoco era como si hubiese algunas minas muy cercanas pero la forma de la armadura era tan peculiar que solo pudo creer que se trataba de obra de alguna raza ajena a los humanos. El verle prepararse para la batalla le permitió tranquilizarse y canalizar el maná en su arma.
La bestia reduce su paso al encontrarse con esta nueva presencia enfrente. Esa armadura no le hace ningún favor para ocultar su presencia. Si se le mira con detenimiento, se observa que parte de su pelaje luce chamuscado y quemado: sin duda está herida. Baja la cabeza y enseña los dientes, alzando la cola. Su mirada está clavada en el brillante trozo de metal que tiene delante.
En la punta de esta se ve un brillo que indica lo filosa que está esa punta, tanto como una lanza. De una posición agazapada la bestia prepara su ataque.
— ¡Atento a la cola! — exclama la extraña alejada de la zona de peligro y aún cargando su hechizo
El monstruo vuelve a rugir y gira rápidamente su cuerpo hacia la izquierda con su garra por delante dándole momentum a su coletazo.
La extraña observa detenidamente que, si bien es de corta estatura, es demasiado alto para pertenecer a la tribu de los enanos. Tampoco era como si hubiese algunas minas muy cercanas pero la forma de la armadura era tan peculiar que solo pudo creer que se trataba de obra de alguna raza ajena a los humanos. El verle prepararse para la batalla le permitió tranquilizarse y canalizar el maná en su arma.
La bestia reduce su paso al encontrarse con esta nueva presencia enfrente. Esa armadura no le hace ningún favor para ocultar su presencia. Si se le mira con detenimiento, se observa que parte de su pelaje luce chamuscado y quemado: sin duda está herida. Baja la cabeza y enseña los dientes, alzando la cola. Su mirada está clavada en el brillante trozo de metal que tiene delante.
En la punta de esta se ve un brillo que indica lo filosa que está esa punta, tanto como una lanza. De una posición agazapada la bestia prepara su ataque.
— ¡Atento a la cola! — exclama la extraña alejada de la zona de peligro y aún cargando su hechizo
El monstruo vuelve a rugir y gira rápidamente su cuerpo hacia la izquierda con su garra por delante dándole momentum a su coletazo.
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