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Atisba mis ojos y siente como te desnudo esa putrefacta alma.~ ||Rol: On||
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GenesisMagnusAeternum · 46-50, M
[media=https://www.youtube.com/watch?v=vKmH8o0tS34]


Profanas esencias corrompidas, quizás, su realidad agresiva los lleve a eso, o quizás, sea efecto directo de esa irrefutable manipulación mental que irradia el meteorito como un titiritero hacia criaturas débiles de mente con la potestad de hacerlos su agresiva guardia personal, tal como hace rato atrás fueron los militares, pues, no solo esa anómala y fantasmal presencia les asechaba a los competidores, hace un instante pareciera que grafnidos agresivos de las arcaicas aves marinas se acercan más hacia los susodichos, como una turba malévola de zombies que habrían detectado intrusos y dominados por el titiritero cósmico, se abalanzan sin vocación ni sentido, tan si quiera, orden o dirección contundente, hacia el par de osados aventureros justo cuando el gracioso samurái, aprovechando el paso al lado de una cavernosa pared, la utiliza para impulsarse y así adelantar al descuidado “Dragón de Fora” quien por su atrevida Azaña le recompensa con una mofa y nueva sonrisa.

—No es bueno dar la espalda a tus mayores.

No pensó en adelantar al alocado contrincante, en vez, decidió dejarlo por un instante ir a la delantera, y mientras él iba a la cola, de ese miasma que lleva condensado en si, expide una pequeña porción que se nota como una película de brilloso gris al quedar flotando como una cortina de energía corrupta, “Valirium” una porción que dejaría allí estratégicamente para descubrir la realidad de aquella incertidumbre malévola que los asecha en las sombras, pues, los alocados pingüinos son lo de menos.

Entonces, tras un rato de vertiginoso descenso una luz lechosa languidece al final del túnel, y claro, era el emerger hacia las afueras de aquel mundo sumergido en tinieblas, una salida bastante peligrosa pues era el sitio por donde hubiera salido el proyectil estelar, justo por esa cara de la montaña a una altitud abismal que quizás agarraría a ambos de sorpresa si en el momento justo no saltan haciendo gala de sobrenatural habilidad y así lograran caer en el corazón de aquel cuerpo níveo donde varias montañas rodean el valle profundo y allí, al más bajo pie de sublimes elevaciones eternas, en aquella prisión endemoniada, yace un inmenso cráter de más de 200 metros de diámetro que profundizo en las raíces montañosas.

Génesis por fortuna… o desgracia, fue capaz de sortear el salto repentino gracias a manifestaciones de energía bajo sus plantas que solidifico justo cuando ya se vio en el vacío, y que utilizo como bases para sortear con velocidad el precipicio insondable que separa la salida de la montaña de esa leve meseta eclética. Más, lo que observo al poder al fin llegar a la zona de impacto, fue de gran novedad, tal que desdibujo de su carismático semblante la sonrisa para dejar notar la incertidumbre. Entonces se quitó los lentes dejando ver esos soberbios ojos de escleróticas ennegrecidas en cuyo centro flotan iris doradas de centros alargados, los ojos de las vestías infernales que corrompen su humanidad haciéndolo su igual, eso orbes se absortan en aquello endémico del espacio. En el centro del cráter, una brumosa oscuridad que se hace más latente, espesa, cual humo que de alguna manera indescifrable absorbe toda luz descifrando un mundo de inmarcesible obscuridad a quien trata de ubicar su corazón oculto.

Él parsimonioso camino dando pasos constantes pero llenos de incertidumbre, algo instintivo le decía que tuviera cuidado con esa aura misteriosa que satura el centro del cráter. Ese es un momento en el que se debate en si seguir corriendo alocadamente en busca de ganar el premio dejando su ambicioso orgullo de lado, o detenerse conmovido y no acercarse más hacia lo que podría causar algún daño irreparable o quizás la muerte. Pero, haciendo caso omiso al decir “la curiosidad mato al gato” e incentivado por su egoísmo y de manera casi inconsciente, guiado por su curiosidad, pero protegido por su instinto, su efigie se fue revistiendo paulatinamente de esa misma película mágica gris que hace un momento atrás usaría en el silo cavernoso, esa estela de magia consensada que usaría para irse acercando con cautela prevenido, tal vez de una forma dramática, debido a sus experiencias, en contra de esa aura oscura y espectral al aislarse parcialmente con su poder.


 
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