100+, M
Atisba mis ojos y siente como te desnudo esa putrefacta alma.~ ||Rol: On||
About Me About Me NotesAbout Me
[med]Ficha técnica
[/med]
Nombre:
Akiyama Masao
Epíteto:
Rey caído堕ちた王
Tipo de personaje:
Original/Creado
16/03/2020
Edad:
380 años
Maldito por la sempiterna juventud
Profesión:
Mercenario傭兵
Filósofo哲学者
Ejecutor暗殺者
Estirpe:
Humano
Título:
Carnifex, El verdugo de los Dioses del Cosmos.
Rótulo otorgado por Dominus Umbra.
Afinidad elemental:
Absorbe: Ninguno.
Resiste: Vacío/oscuridad.
Débil: Sacro/luz.
[med]Lore[/med]
El eterno fuego crepita y entre llantos incinerados susurra su prohibida historia.
La de un condenado que desde el periodo Edo sorbió esperanzas, purificó mundos.
Un ser que nunca se sabe de su paradero, más las malas lenguas entre bisbiseos describen que tiende a aparecer en lo sueños; por una u otra razón.
Él no es una pesadilla, mucho menos una fantasía.
Él es real, un japonés que logró caminar con los despiertos y también con aquellos que disfrutan o se ocultan en la ensoñación.
Inmortal que jamás dejó de creer y a base de horror cósmico extendió su mito más allá del oriente.
[med]Descripción física[/med]
En el plano onírico la percepción de su cuerpo no es real, él decide que figura adoptar.
Muy pocas veces aparece con la efigie que sostiene en la vigilia, afortunado quien lo sueñe en la forma veraz.
Eso será el augurio de que algo taumatúrgico acontecerá.
En vela es un hombre elegante, con un físico magro y musculatura compacta. Antepone una complexión marcial, diseñada y evaluada para primar el oportuno desenvolvimiento en contiendas, antes que una exuberante forma corporal.
En su pectoral izquierdo se dibuja el indeleble blasón de la Sombra de platino, fundido con su pecho, declarando su deuda infinita y conexión estelar.
Estatura de 1.80 metros.
Piel blanca, colmada de un millar de pasadas heridas. Cargando cada estigma con enaltecimiento y alarde; ya que como un Rey cayó pero como un Campeón, entre brasas calcinadas se levantó.
De orbes abismales, sumerge a las profundidades del Vacío a quienes con altivez decidan sostener su violácea mirada.
Ya que en el reflejo de sus morados y opacos ojos se representa la Primordial Nada, donde se pierden los caídos y malagradecidos.
Bushi de melena larga y lacia, sus hebras azabaches se dejan persuadir por las trovas eólicas y tentadas por el rebelde viento se extravían en sus naturales sonetos.
[med]Vestimenta[/med]
Orgulloso de sus raíces él viste con los atuendos feudales del antiguo samurái.
Kimono cárdeno que abriga su perenne humanidad y en sus adentros, subyace una tenue pieza blanca que termina por envolver su zona central.
En la parte baja un hakama ceniza atenuado, que cubre la totalidad de sus piernas, incluso las sandalias geta cinceladas del más puro y robusto roble.
[med]Energía[/med]
Noxius: Don ofrecido por aquel que cayó en la tierra cuando la misma aún era joven, por aquel que los bardos ebrios de pasión recitan que siempre escucha y observa. Otorgado con el fin de que rompa las cadenas terrenales y se ponga a la altura de los Dioses Exteriores.
La susodicha corrompe el maná natural del ambiente y lo transmuta en una versión venenosa del mismo, su cuerpo asimila todo eso como una especie de narcótico e incrementa sus aptitudes drásticamente.
[med]Perfil psicológico[/med]
El transcurrir de las épocas nunca lo había cambiado, las modas jamás lo hicieron sentir anticuado.
Pero su personalidad transmuto cuando conoció a ese ser que sin prejuicios lo acogió, aunque en el camino tuvo que abandonar toda esperanza que una vez le escoltó.
La locura arribó cuando le otorgaron el Primer Conocimiento y se desbordó cuando a su lado le acompañó el Poder Exterior.
Su cuerpo asimiló el don espacial pero su mente no logró compenetrarse del todo con ese regalo pentadimensional.
La demencia lo engulló y ese fue el umbral de un nuevo mundo ante su compresión.
Voces encarceladas emergieron de grietas que conducían a inefables espacios, voces que le hablaban en un dialecto casi galáctico.
Él las comprendía y ellas se hicieron cargo de lavar su cerebro, suplantar sus ideales.
Esquizofrénico inconsciente de su defecto.
En ocaciones los episodios psicóticos crecen y pueblan su mente, ya sea con sucesos e imágenes inexistentes o con diabólicos sonidos que ante su vesania solo puede ser música para sus oídos.
[med]Armas[/med]
Dorīmukirā: Obsequio que se revistió con la penumbra y se escabulló de las fauces más sepulcrales del abismo, engullendo su color abisal y en su hoja exhibiendo esa particular tonalidad, la de un Adamantium oscuro. Uno que subyugaba toda luz, uno que ejecutaba cualquier vestigio de fe.
Elemento casi indestructible, desconocido quien la fraguó, quien en su filo muerte pulió.
De cuántos litigios almas se llevó. O si su anterior portador era su gran maestro, al cual le estaba gratamente agradecido por la dádiva.
110 centímetros de longitud, 3 kilogramos de peso. Sorpresivo para su ordinario tamaño pero al parecer el adamantium era más ponderoso.
Funda de ébano ornamentada con incalculables placas metálicas que la reforzaban y arcanos sellos labrados con una técnica rudimentaria, para algo funcionarán pero no era el momento de una revelación.
[med]Habilidades[/med]
Mi espada, mi vida: La perfección en el sable es una senda sin final, un camino por el cual los espadachines se deben aventurar dispuestos a no mirar atrás.
Aprender de los tropiezos, de los ásperos besos del suelo.
Por siglos se refugió en la esgrima y se embriagó de esa filosofía, la de blandir el acero y cortar hasta el más fino pétalo.
El Carnifex fluye como el agua y su furor causa los mimos estragos que una oleada.
Ortodoxo, sagaz.
Empuñando su katana es voraz, un distinto animal.
Después de todo ella para su humanidad no es más que otra extremidad, vinculados tanto física como espiritualmente.
Kozumikkudansu: Arte combativo basado en adaptación, combinación y fugaz destrucción.
Añadiendo múltiples y esenciales ramas de los estilos bélicos humanos, especialmente de los cuerpo a cuerpo. Pero amoldados a sus dotes siderales.
Hoshi no musuko: Empleando las propiedades del insondable Noxius corrompe la materia y la transforma, brindándole en el trayecto exóticas cualidades.
Al tener un control limitado de ese poder no puede proyectar la manipulación, para emplearla el mecanismo de corrupción tiene que iniciar indudablemente en su cuerpo.
Dorīmuhantā: Veterano soñador que despertó la capacidad de viajar entre realidades, capaz de ir físicamente y profanar letargos. Incluso cambiarlos, temporalmente gobernarlos o también existe la posibilidad de concretar un lazo de ensueño y encontrarse con los durmientes; pero él apareciendo en sus fantasías en un estado más abstracto.
[med]Pasivas[/med]
Odor peccati: Perfume a rosas negras de características dulces y penetrantes, el cual se expele naturalmente por los poros de Akiyama. Esta esencia está dividida en tres partes: Caput, Cordis y Anima.
Caput (Primera impresión): Los seres expuestos sienten un dulzor penetrante, seductor y embriagante que les empieza a envolver de forma sobrenatural.
Cordis (Tema): La piel expuesta es estimulada de manera erógena por las partículas que comienzan a incrustarse en la misma que genera un hormigueo inofensivo que dura unos cuantos minutos y abre los poros y vuelve más sensible la piel a estímulos externos.
Anima (Rastro): Es la verdadera esencia que se esconde tras la bella máscara de dulzor y sólo pocos pueden llegar a identificarla. Es un hedor repulsivo a azufre que se mezcla con el propio gestado durante el sexo (Sudor y fluidos) que son la razón principal del porque su aroma puede llegar a despertar los bajos instintos de todas las criaturas que caen bajo su yugo.
Relación Perfume-Noxius: La intensidad de la fragancia es directamente proporcional a la cantidad de Noxius que en sus adentros se acumule.
La loción infernal y afrodisíaca se encuentra en desarrollo, el organismo la digiere y su esencia cambiará cuando en su interior termine de madurar.
Mientras tanto seguirá reflejando el melifluo bálsamo del Eterno.
Venenum sanguis: El Noxius oculto en su sangre le provee la total inmunidad a cualquier veneno.
Al ya estar en su mecanismo fisiológico esa sustancia dañina le ayudó a desarrollar un sistema inmunológico infalible. La toxina que circula en sus venas es letal, sin importar la cantidad o especie que la decida degustar.
Maleficio: Aquí nace su inmortalidad, como cualquiera puede sucumbir ante heridas mortales pero la juventud nunca se extravió.
Él rompió temerariamente un pacto con un diablo y antes de matar a su recipiente, un cuerpo humano. Lo embrujo, aprisionando su cuerpo por la eternidad y antes de despedirse unas memorables palabras escupió; presagiando su perecer. Una caída la cual haría honor a su apodo, pero ahí jamás se volvería a levantar y lo peor es que sería en batalla.
Las enfermedades no lo afectan, no puede morir por ellas.
Esta es una de las razones por la cual logró sintonizar con su Noxius, al ser una energía espacial traía consigo una complejidad abrumadora, confundiendo a su misma maldición y haciéndola creer que era un mal oriundo del cuerpo, por ello la antedicha actuó y neutralizó cualquier efecto pernicioso.
[med]Apariencia:[/med]
«Busco el fuego sempiterno, aquel que en noches empapadas de pasión te de esa cálida bienvenida al lecho. Busco en el cemento la rosa ensangrentada de vivacidad y que aún pueda sobrevivir incluso bajo la tempestad.
Busco la silueta que con solo seguir sus curvas despierte mi temor que yace en un profundo letargo.»
[/med]
Nombre:
Akiyama Masao
Epíteto:
Rey caído堕ちた王
Tipo de personaje:
Original/Creado
16/03/2020
Edad:
380 años
Maldito por la sempiterna juventud
Profesión:
Mercenario傭兵
Filósofo哲学者
Ejecutor暗殺者
Estirpe:
Humano
Título:
Carnifex, El verdugo de los Dioses del Cosmos.
Rótulo otorgado por Dominus Umbra.
Afinidad elemental:
Absorbe: Ninguno.
Resiste: Vacío/oscuridad.
Débil: Sacro/luz.
[med]Lore[/med]
El eterno fuego crepita y entre llantos incinerados susurra su prohibida historia.
La de un condenado que desde el periodo Edo sorbió esperanzas, purificó mundos.
Un ser que nunca se sabe de su paradero, más las malas lenguas entre bisbiseos describen que tiende a aparecer en lo sueños; por una u otra razón.
Él no es una pesadilla, mucho menos una fantasía.
Él es real, un japonés que logró caminar con los despiertos y también con aquellos que disfrutan o se ocultan en la ensoñación.
Inmortal que jamás dejó de creer y a base de horror cósmico extendió su mito más allá del oriente.
[med]Descripción física[/med]
En el plano onírico la percepción de su cuerpo no es real, él decide que figura adoptar.
Muy pocas veces aparece con la efigie que sostiene en la vigilia, afortunado quien lo sueñe en la forma veraz.
Eso será el augurio de que algo taumatúrgico acontecerá.
En vela es un hombre elegante, con un físico magro y musculatura compacta. Antepone una complexión marcial, diseñada y evaluada para primar el oportuno desenvolvimiento en contiendas, antes que una exuberante forma corporal.
En su pectoral izquierdo se dibuja el indeleble blasón de la Sombra de platino, fundido con su pecho, declarando su deuda infinita y conexión estelar.
Estatura de 1.80 metros.
Piel blanca, colmada de un millar de pasadas heridas. Cargando cada estigma con enaltecimiento y alarde; ya que como un Rey cayó pero como un Campeón, entre brasas calcinadas se levantó.
De orbes abismales, sumerge a las profundidades del Vacío a quienes con altivez decidan sostener su violácea mirada.
Ya que en el reflejo de sus morados y opacos ojos se representa la Primordial Nada, donde se pierden los caídos y malagradecidos.
Bushi de melena larga y lacia, sus hebras azabaches se dejan persuadir por las trovas eólicas y tentadas por el rebelde viento se extravían en sus naturales sonetos.
[med]Vestimenta[/med]
Orgulloso de sus raíces él viste con los atuendos feudales del antiguo samurái.
Kimono cárdeno que abriga su perenne humanidad y en sus adentros, subyace una tenue pieza blanca que termina por envolver su zona central.
En la parte baja un hakama ceniza atenuado, que cubre la totalidad de sus piernas, incluso las sandalias geta cinceladas del más puro y robusto roble.
[med]Energía[/med]
Noxius: Don ofrecido por aquel que cayó en la tierra cuando la misma aún era joven, por aquel que los bardos ebrios de pasión recitan que siempre escucha y observa. Otorgado con el fin de que rompa las cadenas terrenales y se ponga a la altura de los Dioses Exteriores.
La susodicha corrompe el maná natural del ambiente y lo transmuta en una versión venenosa del mismo, su cuerpo asimila todo eso como una especie de narcótico e incrementa sus aptitudes drásticamente.
[med]Perfil psicológico[/med]
El transcurrir de las épocas nunca lo había cambiado, las modas jamás lo hicieron sentir anticuado.
Pero su personalidad transmuto cuando conoció a ese ser que sin prejuicios lo acogió, aunque en el camino tuvo que abandonar toda esperanza que una vez le escoltó.
La locura arribó cuando le otorgaron el Primer Conocimiento y se desbordó cuando a su lado le acompañó el Poder Exterior.
Su cuerpo asimiló el don espacial pero su mente no logró compenetrarse del todo con ese regalo pentadimensional.
La demencia lo engulló y ese fue el umbral de un nuevo mundo ante su compresión.
Voces encarceladas emergieron de grietas que conducían a inefables espacios, voces que le hablaban en un dialecto casi galáctico.
Él las comprendía y ellas se hicieron cargo de lavar su cerebro, suplantar sus ideales.
Esquizofrénico inconsciente de su defecto.
En ocaciones los episodios psicóticos crecen y pueblan su mente, ya sea con sucesos e imágenes inexistentes o con diabólicos sonidos que ante su vesania solo puede ser música para sus oídos.
[med]Armas[/med]
Dorīmukirā: Obsequio que se revistió con la penumbra y se escabulló de las fauces más sepulcrales del abismo, engullendo su color abisal y en su hoja exhibiendo esa particular tonalidad, la de un Adamantium oscuro. Uno que subyugaba toda luz, uno que ejecutaba cualquier vestigio de fe.
Elemento casi indestructible, desconocido quien la fraguó, quien en su filo muerte pulió.
De cuántos litigios almas se llevó. O si su anterior portador era su gran maestro, al cual le estaba gratamente agradecido por la dádiva.
110 centímetros de longitud, 3 kilogramos de peso. Sorpresivo para su ordinario tamaño pero al parecer el adamantium era más ponderoso.
Funda de ébano ornamentada con incalculables placas metálicas que la reforzaban y arcanos sellos labrados con una técnica rudimentaria, para algo funcionarán pero no era el momento de una revelación.
[med]Habilidades[/med]
Mi espada, mi vida: La perfección en el sable es una senda sin final, un camino por el cual los espadachines se deben aventurar dispuestos a no mirar atrás.
Aprender de los tropiezos, de los ásperos besos del suelo.
Por siglos se refugió en la esgrima y se embriagó de esa filosofía, la de blandir el acero y cortar hasta el más fino pétalo.
El Carnifex fluye como el agua y su furor causa los mimos estragos que una oleada.
Ortodoxo, sagaz.
Empuñando su katana es voraz, un distinto animal.
Después de todo ella para su humanidad no es más que otra extremidad, vinculados tanto física como espiritualmente.
Kozumikkudansu: Arte combativo basado en adaptación, combinación y fugaz destrucción.
Añadiendo múltiples y esenciales ramas de los estilos bélicos humanos, especialmente de los cuerpo a cuerpo. Pero amoldados a sus dotes siderales.
Hoshi no musuko: Empleando las propiedades del insondable Noxius corrompe la materia y la transforma, brindándole en el trayecto exóticas cualidades.
Al tener un control limitado de ese poder no puede proyectar la manipulación, para emplearla el mecanismo de corrupción tiene que iniciar indudablemente en su cuerpo.
Dorīmuhantā: Veterano soñador que despertó la capacidad de viajar entre realidades, capaz de ir físicamente y profanar letargos. Incluso cambiarlos, temporalmente gobernarlos o también existe la posibilidad de concretar un lazo de ensueño y encontrarse con los durmientes; pero él apareciendo en sus fantasías en un estado más abstracto.
[med]Pasivas[/med]
Odor peccati: Perfume a rosas negras de características dulces y penetrantes, el cual se expele naturalmente por los poros de Akiyama. Esta esencia está dividida en tres partes: Caput, Cordis y Anima.
Caput (Primera impresión): Los seres expuestos sienten un dulzor penetrante, seductor y embriagante que les empieza a envolver de forma sobrenatural.
Cordis (Tema): La piel expuesta es estimulada de manera erógena por las partículas que comienzan a incrustarse en la misma que genera un hormigueo inofensivo que dura unos cuantos minutos y abre los poros y vuelve más sensible la piel a estímulos externos.
Anima (Rastro): Es la verdadera esencia que se esconde tras la bella máscara de dulzor y sólo pocos pueden llegar a identificarla. Es un hedor repulsivo a azufre que se mezcla con el propio gestado durante el sexo (Sudor y fluidos) que son la razón principal del porque su aroma puede llegar a despertar los bajos instintos de todas las criaturas que caen bajo su yugo.
Relación Perfume-Noxius: La intensidad de la fragancia es directamente proporcional a la cantidad de Noxius que en sus adentros se acumule.
La loción infernal y afrodisíaca se encuentra en desarrollo, el organismo la digiere y su esencia cambiará cuando en su interior termine de madurar.
Mientras tanto seguirá reflejando el melifluo bálsamo del Eterno.
Venenum sanguis: El Noxius oculto en su sangre le provee la total inmunidad a cualquier veneno.
Al ya estar en su mecanismo fisiológico esa sustancia dañina le ayudó a desarrollar un sistema inmunológico infalible. La toxina que circula en sus venas es letal, sin importar la cantidad o especie que la decida degustar.
Maleficio: Aquí nace su inmortalidad, como cualquiera puede sucumbir ante heridas mortales pero la juventud nunca se extravió.
Él rompió temerariamente un pacto con un diablo y antes de matar a su recipiente, un cuerpo humano. Lo embrujo, aprisionando su cuerpo por la eternidad y antes de despedirse unas memorables palabras escupió; presagiando su perecer. Una caída la cual haría honor a su apodo, pero ahí jamás se volvería a levantar y lo peor es que sería en batalla.
Las enfermedades no lo afectan, no puede morir por ellas.
Esta es una de las razones por la cual logró sintonizar con su Noxius, al ser una energía espacial traía consigo una complejidad abrumadora, confundiendo a su misma maldición y haciéndola creer que era un mal oriundo del cuerpo, por ello la antedicha actuó y neutralizó cualquier efecto pernicioso.
[med]Apariencia:[/med]
«Busco el fuego sempiterno, aquel que en noches empapadas de pasión te de esa cálida bienvenida al lecho. Busco en el cemento la rosa ensangrentada de vivacidad y que aún pueda sobrevivir incluso bajo la tempestad.
Busco la silueta que con solo seguir sus curvas despierte mi temor que yace en un profundo letargo.»