100+, M
Atisba mis ojos y siente como te desnudo esa putrefacta alma.~ ||Rol: On||
About Me About Me NotesThe Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
GenesisMagnusAeternum · 46-50, M
[media=https://www.youtube.com/watch?v=pyFjXaKiJLk]
Aquellos "amañadores" abismos glaciales los remonta a una agitada carrera donde la lejanía junto con ausencia de luz enmarca en desconcierto los amplios senderos que se aproximan al camino que siguen y que pronto se complica.
De manera curiosa en algún momento del complejo descenso a lo lejos entre la penumbra formada por algún vago rayo infiltrado por alguna entrada lejana, Génesis logra reconocer una silueta anormal pero distinguida, parece la de un pingüino, pero, uno exageradamente enorme, no, dos, o; ¿quizás tres? Entonces, un ruido estridente llegó a sus oídos, normalmente se asociara al ave dicha, pero es más fuerte, más fastidioso, más novedoso, sin duda, entonces se puede entender que aquellos son una especie anómala, cuya realidad posiblemente los remonta a eones anteriores a la humanidad considerando su rareza y desconocido habitad prehistórico, o alguna evolución burlesca y tonta de la naturaleza.
No habría tenido el tiempo para parar ir a investigar dichas rarezas, el ego le impide perder, aunque estaba determinado a volver después, esa sonrisa pícara mientras mira a las difusas criaturas de reojo lo dice todo.
Sin duda más cómico resultaba ser las impertinencias del agraciado contendor, amenazas vacías, de las típicas que ya estaba acostumbrado a escuchar. No causaron más que un suspiro de mofa y altanería en respuesta. Quizás, estuvo pensando en responderle para burlarse una vez más de su lamentable sumisión cual ¡perra! a su amo, pero el afligido suelo disforme, al parecer, consumido por algún tenue afluente de aguas heladas se desmorona a sus pies, posiblemente a los akiyama también, acarreando un descenso vertiginoso y un poco desequilibrado que llevaria a ambos a un tipo de rampa liza, cual tobogán descendente. Génesis pareciera surfear en la superficie haciendo gracia de difícil equilibrio mientras se adentraba más en lo inhóspito de tan maravilloso paraje de misterios arcaicos cuya oquedad pareciera recordad el vacío cósmico.
En el descenso pasarían por unos puentes elevados al interior de la caverna, a la distancia hacían eco dos cosas, una, más estridentes gritos de aquellos pingüinos arcaicos y exóticos, como si algo los alterara de manera nerviosa, y lo que parecía distinguirse como unas cascadas de abundante agua que colman en algún fondo inundado, posiblemente; o un lago, un río, o una porción de mar oculta hasta el son de hoy. Importaría tarde. Esta ocupado sosteniendo el equilibrio para no precipitarse a aquel vacío insondable, perturbador sin duda para entes comunes, para él, simplemente una molestia a evitar para no atrasar la carrera hacia aquel cosmico premio esotérico desconocido para él egoísta rubio.
Mas, un punto más no puede pasar: Siendo ya hace un rato atrás, sus afilados sentidos y algo que va más ligado a la intuición súpernatural, le advierten de una extraña presencia, desconocida, amorfa, sutil, muy sutil, no tan aterradora pero si incomoda, que le pisa la espalda no solo a él, sino a su compañero de baile. Eso sin duda le inquieta, le hiela la espalda, e inconscientemente acelera su condensación constante de Valirium en busca de salvaguardarse más de lo desconocido, sus sentidos se alertan como si estuviera apunto de un combate llevando todo a flor de piel, y en este momento, solo por eso, evita quitar de sus espaldas al samurái traga esperma, podría ser un buen señuelo en caso de encontrar algo que lidiar, ese ente que sin duda los pasos les viene re haciendo, como un cazador a sus presas.
Aquellos "amañadores" abismos glaciales los remonta a una agitada carrera donde la lejanía junto con ausencia de luz enmarca en desconcierto los amplios senderos que se aproximan al camino que siguen y que pronto se complica.
De manera curiosa en algún momento del complejo descenso a lo lejos entre la penumbra formada por algún vago rayo infiltrado por alguna entrada lejana, Génesis logra reconocer una silueta anormal pero distinguida, parece la de un pingüino, pero, uno exageradamente enorme, no, dos, o; ¿quizás tres? Entonces, un ruido estridente llegó a sus oídos, normalmente se asociara al ave dicha, pero es más fuerte, más fastidioso, más novedoso, sin duda, entonces se puede entender que aquellos son una especie anómala, cuya realidad posiblemente los remonta a eones anteriores a la humanidad considerando su rareza y desconocido habitad prehistórico, o alguna evolución burlesca y tonta de la naturaleza.
No habría tenido el tiempo para parar ir a investigar dichas rarezas, el ego le impide perder, aunque estaba determinado a volver después, esa sonrisa pícara mientras mira a las difusas criaturas de reojo lo dice todo.
Sin duda más cómico resultaba ser las impertinencias del agraciado contendor, amenazas vacías, de las típicas que ya estaba acostumbrado a escuchar. No causaron más que un suspiro de mofa y altanería en respuesta. Quizás, estuvo pensando en responderle para burlarse una vez más de su lamentable sumisión cual ¡perra! a su amo, pero el afligido suelo disforme, al parecer, consumido por algún tenue afluente de aguas heladas se desmorona a sus pies, posiblemente a los akiyama también, acarreando un descenso vertiginoso y un poco desequilibrado que llevaria a ambos a un tipo de rampa liza, cual tobogán descendente. Génesis pareciera surfear en la superficie haciendo gracia de difícil equilibrio mientras se adentraba más en lo inhóspito de tan maravilloso paraje de misterios arcaicos cuya oquedad pareciera recordad el vacío cósmico.
En el descenso pasarían por unos puentes elevados al interior de la caverna, a la distancia hacían eco dos cosas, una, más estridentes gritos de aquellos pingüinos arcaicos y exóticos, como si algo los alterara de manera nerviosa, y lo que parecía distinguirse como unas cascadas de abundante agua que colman en algún fondo inundado, posiblemente; o un lago, un río, o una porción de mar oculta hasta el son de hoy. Importaría tarde. Esta ocupado sosteniendo el equilibrio para no precipitarse a aquel vacío insondable, perturbador sin duda para entes comunes, para él, simplemente una molestia a evitar para no atrasar la carrera hacia aquel cosmico premio esotérico desconocido para él egoísta rubio.
Mas, un punto más no puede pasar: Siendo ya hace un rato atrás, sus afilados sentidos y algo que va más ligado a la intuición súpernatural, le advierten de una extraña presencia, desconocida, amorfa, sutil, muy sutil, no tan aterradora pero si incomoda, que le pisa la espalda no solo a él, sino a su compañero de baile. Eso sin duda le inquieta, le hiela la espalda, e inconscientemente acelera su condensación constante de Valirium en busca de salvaguardarse más de lo desconocido, sus sentidos se alertan como si estuviera apunto de un combate llevando todo a flor de piel, y en este momento, solo por eso, evita quitar de sus espaldas al samurái traga esperma, podría ser un buen señuelo en caso de encontrar algo que lidiar, ese ente que sin duda los pasos les viene re haciendo, como un cazador a sus presas.