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Año 30.000 Día 5, Mes 4 después de la Guerra de Apophis.

En ocasiones la luz y obscuridad eran caras de una misma moneda, y muy frecuentemente sucedía que sangre era derramada por esa lucha inmemoriable, que a veces se hacía sobre conceptos de blanco y negro. En la era de Horakthy III, el más reciente Monarca del Dominio de Luz, y reencarnación de Horus, había entendido que no todo debía ser tan estricto, siempre existían areas grises, y por ende justo por esa razón nuevas tácticas que no eran ni blancas ni negras comenzaban a surgir.
 
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Agares1581086 · 36-40, M
una esencia algo obscura y misteriosa, de hecho si aquel aceptaba la invitación sería alimentado y se le sería entregada agua y algunas raciones, mas si esta invitación no era aceptada, eran millas y millas antes de la siguiente ciudad. En aquel Dominio, sin importar cómo hubiese llegado a este plano, fuese por accidente o azares del destino, entendería aquel nuevo viajero que las condiciones hostiles de esta zona podrían ser bastante rudas para alguien nuevo en la zona, y además muy pronto según aquellos exploradores el Monarca de aquellas tierras llegaría, interesado en el nuevo visitante. Las razones del porqué quizá él podría preguntar a aquellos que le encontraron en medio de la nada, un viejo explorador con turbante y ropas algo dañadas, un joven sacerdote de Thoth, y una mujer misteriosa y silenciosa con cabellos negros.
Agares1581086 · 36-40, M
Había estado sucediendo en el Dominio del Sol, que de cuando en cuando brechas extradimensionales se abrían en medio de las Arenas Infinitas causando que viajeros extradimensionales llegasen a aquel lugar, y por ende un suceso así había pasado no hace mucho tiempo. En ese instante en el puesto de avanzada, lejos de la ciudad capital de Shaheesra, se había llegado a la conclusión de que justamente uno de estos viajeros habría llegado a las cercanías de dicho puesto.

Varios exploradores habían rodeado al hombre pero no con intenciones de asesinarle, u hostilidad, de hecho alguno de estos con voz calma le había pedido con amabilidad que les acompañara al puesto más cercano, que estaba como a una milla, ya que el desierto era caliente y terrible, y en ese puesto de avanzada podría tener bebida y comida al menos hasta que llegase el Monarca, quien querría sin duda conocer al viajero más reciente. Uno, que según alguno de los magos que se encontraban allí llevaba (...)

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