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Y así de un día para otro el ambiente del castillo cambió una mañana. Había vuelto a su hogar con intenciones de empacar algunas cosas e irse a hospedar con su querida amante el tiempo que le quedase, pero algo andaba mal. La gente corría de un lado a otro, los sirvientes habían sido encarcelados; eso sólo significaba una cosa: El Rey había muerto.

Había que encontrar a Aegon, y después de unas buenas horas de berrinche dio con él. La familia se reunió, se evaluaron las alianzas y se asesinó a los traidores; la coronación de Aegon estaba planeada.
¿Qué más se esperaba de él? Lo supo pron
 
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Thelilacwitch · 22-25
━━ Vivirás conmigo hasta que encuentres algo que te guste hacer. En Tresarboles hay variedad, y si eso no te sacia, puedes irte a los otros reinos. Está Jæthana, Zeyia, las islas Kanion. Estoy segura de que encontrarás tu lugar...━━le palmeó con cariño la rodilla.

Las aguas se sentían suaves y veloces a ese ritmo - también influenciadas por el viento- , era como estar en una mecedora grande. Se combinaba perfectamente con el cansancio, Janâ fue la primera en caer dormida durante el resto del viaje.

Era un tronco apoyado en Aemond.
AemondTargaryen · 31-35
Observó el navío curioso, al cual subió después de algunos segundos. Se encargó de ayudar a Jana a subir, y despues miró hacia Westeros por última vez.

Se habia encargado de traer consigo a Hermana Oscura, la espada de su asesino y que había sido recuperada de su cráneo. Era una maravilla de fino acero, la cual le hizo sentir un poco nostálgico. Le puso la mano en el mango mientras tomaba asiento pensativo.

Tal vez también era un recordatorio del pasado.

Aemond Targaryen era hombre muerto. Quizás debería buscar otro nombre, aunque iban lejos... Muy lejos. Con la economía en Westeros de esa forma nadie se molestaría en buscarlo, menos después de verlo morir.

— ¿Qué se supone que haré ahora...? — Pensó en voz alta mientras el navío se apartaba del puerto.
Thelilacwitch · 22-25
En lugar de reír lo admiró con asombro. No se veía mal, o quizá no apreciaba los imperfectos del disfraz, sea como fuera el brillo en sus ojos habló por ella.

Pasaron desapercidos. El barco de vela era un transporte discreto, justo para cargas ligeras, les esperaba a la vista de cualquiera sin levantar sospechas.

Un hombrecito les dió la bienvenida. Tenía ropajes de lino, el color blanco resaltaba su tez quemada por el sol y las canas en las entradas del cabello.

—Zarpamos ahora mismo, pasen, pasen. ━tenía la voz rasposa, volviéndolo más insistente, así que el dúo se puso cómodo en el fondo del barquito sin perder tiempo.

Un viento de quién sabe dónde golpeó las velas con fuerza, el Maestro tenía las manos en una posición complicada, señalando hacia el frente.
AemondTargaryen · 31-35
No esperaron demasiado. La confirmación llegó por el aire de igual forma, y era necesario acercarse al puerto para abordar.

No quería ni un solo riesgo, así que hizo un sacrificio menor: buscó entre el lugar algo de lodo, el cual se puso en el cabello. Amarró este en un nudo en la nuca, y con el suficiente ya parecía moreno.

Se puso la capucha, podría funcionar. En tiempos anteriores se habría reído de si mismo, pero a esas alturas no quería exponer a Jana.

Llegó ante ella con ese cambio, el cual ensombrece sus rasgos. Levantó un índice.

— Prohibido reír. —
Thelilacwitch · 22-25
El corazón de Janâ estaba enternecido y transtornado por las duras emociones que le atravesaban. Aemond y sus cuervos habían sobrevivido una semana por ella, no quería echarse la culpa tan fácil, estaba justificada. Todo fue por un bien mayor.

━━No, no voy a permitir que sacrifiques eso. ━━Le tomó esa mano, su pulso temblaba, y la bajó. ━━Tengo un plan.

Cuando los tres siervos de Janâ volvieron quedaron felices al verle, no protestaron al tener la misión de ir a Tresarboles. Si ella pedía que se hundieran en lava lo harían. El mensaje era sencillo: un barco y un maestro de aire que pudiera cruzar el camino en menos de un día. Estaba pidiendo poco en comparación al favor que hizo alguna vez.
AemondTargaryen · 31-35
— Una semana, más o menos. — Apretó el agarre de su pequeña cintura. Tenía que admitir que su calor era reconfortante, lo único que tenía ahora; lo mejor que siempre había tenido.

— Nos moveremos rápido; no pueden saber que estoy vivo. Están cazando a los desertores, también a los pocos soldados que le quedan a mi ejército. — Una lástima, sin duda. Podría ayudarlos, pero de su anonimato dependía la vida de Jana, más importante que la propia.

— Hay algo que podemos usar. — Señaló su ojo tuerto. Revisó, y el zafiro seguía ahi. Podrían usarlo para un buen pasaje.
Thelilacwitch · 22-25
━━ Sí, es un lugar seguro. ━━Era mejor limitarse a la información, lo cierto era que tenía una propiedad bastante modesta en el reino lejano. Él no se veía muy feliz con todo, estaba en su derecho. Era demasiado impertinente preguntarle: ¿Te gustó volver a la vida y saber que ya no tienes familia? Oh, no. Estaba igual de avergonzada.

Pero lo hecho, hecho está.

No podía devolverle las cosas que perdió, sin embargo, trataría de ofrecerle un horizonte nuevo.

━━¿Por cuánto tiempo estuve inconsciente? ━━se apoyó en él, era más fácil caminar de ese modo. Cruzaron la puerta y el paisaje la dejó muda. Todo estaba abandonado, en precarias condiciones. ━━Los cuervos deben estar vigilando el perímetro... ni bien lleguen los enviaré por ayuda.
AemondTargaryen · 31-35
Quisiera haberle dado una mejor respuesta. Se sentía avergonzado por ser un perdedor; ella merecía algo mejor. ¿Lo reprendería después por sus errores?

Asintió, despues se apresuró a ir con ella y tomarle por la cintura; le ayudaría en todo. Prefería mantenerse ocupado o sus pensamientos consumirían su cordura.

— ¿Es allí a donde iremos? — Cuestionó en voz baja, siendo irónico que ahora si aceptase ir allá. O quizás iba a dejarlo a su suerte, lo cual sin duda merecía.
Thelilacwitch · 22-25
Tuvo tantas preguntas en la punta de su lengua, no alcanzó a reunirse con él como había deseado. Era irónico que después de tanto hubiera una parte de ella que pensaba que toda esa escena era un producto de su imaginación.

Sintió su peso en el borde, se sentía real.

━━¿Somos fugitivos? ━━En sus siglos no había hecho pregunta más tonta. La falta de ovarios sí que le estaba afectando el cerebro. No lo dejó responder, era obvio que sí. ━━ Deja que convierta a mis muchachos en cuervos otra vez, los mandaré a Tresarboles, me deben un favor... ━━ ¿Eso iba a ser suficiente? Se levantó por fin, sus pies descalzos sintieron la frialdad del suelo y eso la despertó por completo.

Aún sentía dolor.
AemondTargaryen · 31-35
Pasó la mañana fuera de la habitación de Jana, leyendo un pedazo de papel que uno de los cuervos trajo: era una orden de búsqueda y captura. Algunos pobres idiotas habían quedado vivos; no durarían mucho.

El rechinar de la cama lo alertó. Se apresuró a ponerse de pie y entrar a la alcoba, para toparse con la bruja despierta... No tuvo idea de cómo reaccionar.

¿Quién era ella, y quién era él? ¿Cómo debería reaccionar? Aún había un vacío en su corazón, un inmenso luto acumulado y correspondiente a tantas personas que aplastaba cualquier sentimiento a punto de florecer. Le agradó verla... Pero no hubo más.

Él incluso había perdido todo lo que lo convertía en Aemond.

— Despertaste. — Atinó a decir. Se aproximó a ella y se sentó a lado de la cama. Quería preguntar qué había hecho y por qué, pero temía más por que los encontraran y esas preguntas jamás pudieran responderse.

— Tenemos que irnos. —

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