El mundo se había ido a la mierda en unos pocos meses. Desde que la Jefa de la Orden del Rubí destapó su plan final, absolutamente todo el mundo se puso manos a la obra. Clientes de la Orden, integrantes, agentes, todos formaron una alianza en contra de la forma común del mundo para trabajar. Después de encontrar la causa definitiva del Dust y sus por menores, la tierra debía cambiar, la energía debía hacerlo. Y entonces, Gawar se volvió su hogar. Secuestró uno de los pozos petroleros más importantes de Arabia Saudita. Asesinaron, robaron y se convirtieron en los enemigos del mundo a nivel...
mundial. La guerra estaba a la vuelta de la esquina, las empresas estancadas en una reducción severa de combustible. No era como si eso no fuese a ocurrir tarde o temprano, de todas formas.
Tomaron la mayoría de los pozos petroleros del mundo, y los que no secuestraron fue intencionalmente para no crear un paro mundial. Las minas de carbón fueron totalmente tomadas, una opción extremadamente contaminante no podía dejarse al alcance de nadie. El gas si bien era una mejor opción, era más caro de transportar y manejar, pero también se les dejó un poco de este. Se intentó volver a reconquistar estos puntos, Gawar fue atacado algunas veces, pero ella seguía invicta. Ese día vendría otro golpe según había escuchado, y mientras fumaba un cigarro sentada en el cofre de su auto, apostó contra su propia mente. ¿Qué sería ahora...? ¿Bombas, un tanque? ¿En qué desperdiciarían el poco combustible que les habían dejado...? No pudo evitar sonreír de lado.
