Se aproximó a los planos y los miró atenta. Los conocía, pero debía reafirmar la estrategia. Con el índice trazó un círculo alrededor de toda la base, donde aparecía un grueso ducto circulando.

- Tenemos alrededor de doscientos elementos humanos, y un batallón de cincuenta magos para ataques aéreos. Es muy difícil traer munición aquí, incluso víveres, así que los magos son nuestra carta fuerte. Alrededor de la base corre un ducto de crudo que podemos incinerar como defensa. Los ataques previos los hemos eliminado entre los magos y yo antes de que se aproximen demasiado. El terreno nos da ventaja.

Volvió al auto y sacó un largo maletín. Comenzó a ensamblar un largo rifle de francotirador, las piezas ensamblándose de forma automática por sus manos.

- Podrían bombardearnos, pero eso destruiría años de trabajo en la planta. Igual... Es una opción.

- No sería la primera vez que tengo pesadillas con los soviéticos y no exactamente por sus creencias comunistas. Ya antes he tenido misiones allá, si son ellos conozco un poco sobre sus tácticas.

Aquello lo dijo recordando la misión de infiltración que tuvo al lado de la policía militar en sus tiempos de armada donde encontró quizá sus inicios en las investigaciones Eldritch y paranormales, sin embargo esta vez si es que iban a atacarlos dudaba mucho que estuviesen armados con tácticas de otro tipo más que de espionaje o militar. Aquello lo dijo observando hacia el frente, silencioso tomó algo de su bolso, y lo desenrrolló frente a la mirada de ambos. Se trataba de un mapa físico e impreso por sobre el cual había escrito con marcador en rojo sobre las distintas entradas y flancos.

La desventaja de hoy en día es cuando tienes todo en formato digital, los hackers con facilidad pueden hacerse con la información. (..)

Suspiró, realmente se había acostumbrado a usar los nombres en clave. Miró a su compañero y notó las cualidades que sobresalían de él. Parecía tener un entrenamiento bastante bueno, su autocontrol era admirable. Eso bien podría cambiar cuando anocheciera, cuando ese atardecer les abandonara a su suerte. Se dedicó a contemplarlo con una expresión llena de amargura, correría sangre ese día.
Por unos instantes se retiró el parche de su ojo, una cuenca negra con un puntito rojo de magia suspendido como pupila. Solía ser aterrador para los otros junto con su cicatriz, así que solía cubrirlo. De todas formas su ojo mágico podía ver a través de la tela, de su pelo, incluso ver más allá.

- Depende del país que tenga el valor de venir a hacernos frente. Voto por Rusia. ¿Tú qué opinas?

(..) sociedad y ahora era tiempo moverse hacia adelante, y si bien continuaría la búsqueda de su gemela, sin el mundo se fracturaba no habría razón para continuar la misma, ¿Tendría todo esto que ver con lo que Uno deseaba evitar?

De todos modos estaba seguro que lo descubrirían con prontitud, silencioso, posó un cigarro entre sus labios encendiéndolo con un fino encendedor para soltar una bocanada de humo, sostener este entre sus dedos y añadir.

¿Tenemos alguna idea de qué clase de armamento y equipo tienen los hostiles?

¿Realmente son necesarios todos esos nombres clave?

Heh, supongo que el "Siete" me va bien, espero hacerle honor.

El albino posó su escopeta por sobre su hombro, descansándola mientras alzaba su mentón, sabía que su primo Blythe pudo haber venido, pero era demasiado "humano", bien le iba el seis pues el número representaba a la humanidad. El varón observó de reojo a la bruja, estudiándole en silencio, había escuchado de su explosivo poder y se preguntaba si en esta ocasión él tendría que usar sus propias habilidades más allá de aquellas cómo soldado para llevar a cabo esta misión de modo victorioso.

Muchos se dejaron caer por el pánico, pero aún cuando el mundo estaba declinando con velocidad el heredero de los Crowley quien había hecho un trato hace tiempo con los miembros de la Orden Rubí, se convertiría en un asociado y miembro de la misma al salir de aquella reunión. Casi todos los cabos estaban atados después de que quemaran los miembros de aquella burda (..)

mundial. La guerra estaba a la vuelta de la esquina, las empresas estancadas en una reducción severa de combustible. No era como si eso no fuese a ocurrir tarde o temprano, de todas formas.

Tomaron la mayoría de los pozos petroleros del mundo, y los que no secuestraron fue intencionalmente para no crear un paro mundial. Las minas de carbón fueron totalmente tomadas, una opción extremadamente contaminante no podía dejarse al alcance de nadie. El gas si bien era una mejor opción, era más caro de transportar y manejar, pero también se les dejó un poco de este.
Se intentó volver a reconquistar estos puntos, Gawar fue atacado algunas veces, pero ella seguía invicta. Ese día vendría otro golpe según había escuchado, y mientras fumaba un cigarro sentada en el cofre de su auto, apostó contra su propia mente. ¿Qué sería ahora...? ¿Bombas, un tanque? ¿En qué desperdiciarían el poco combustible que les habían dejado...?
No pudo evitar sonreír de lado.

- Tengo un mal presentimiento, Siete.