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-Era una suerte que ese Jet era privado. Pudieron aterrizar en el aeropuerto de Corrado Gex, a dos kilómetros del centro de Aosta. Sin embargo, lo que ella esperaba como una gran fiesta era un sitio pequeño, tradicional, rodeado de verde. Ya estaba medianamente ebria de nuevo, así que no protestó. Conforme rentaban un auto y se trasladaban por el sitio pudo convencerse de lo maravilloso que era ese pueblo, y motivada nuevamente entró a una tienda y recargó botellas, algo de ropa y artículos de higiene personal. Echó todo en los asientos traseros y subió de nuevo, bebiendo un jugo de naranja...
 
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ATIZE · 36-40, F
La postura cambió rápido, y así lo hizo el beso. Abrió los labios y se apropió de su labio inferior con hambre, abrazándolo y tirando de él con fuerza, compartiendo la humedad de su saliva. No era suficiente, acudió por el superior de inmediato y repitió el acto mientras sus brazos le rodearon el cuello. No había forma de que se detuviera, devoraba su boca con una motivación desconocida que nacía desde su pecho y dolía, pero también la llenaba de una emoción desbordante, una nueva necesidad desarrollada.

Y una vez que él estuvo cerca de ella, sabía que no había vuelta atrás. En ese lugar, sin planearlo previamente, iba a unirse con su compañero en más de una forma. Al demonio lo correcto, las consecuencias o lo que pudiese hacerlo, no había mejor persona para estar que con él.
Hellcrawler · 26-30, M
A la mas firme expresión de V, relucieron los cabellos de la mujer al sol, entonces, el movimiento del cual ella tomó iniciativa, él se lo replanteó al abrazarle por las caderas y ponerle a desnivel de las escaleras.

Fue como un tamboreo en su estomago y corazón una vez besó sus labios, eran tan cálidos, una tentación, sabrosa, exquisita, más inolvidable que dar encuentros una y otra vez, aquel sentir se profundizó al tempo de un leve mover de su cabeza, y el dibujar de arriba abajo con las yemas de sus dedos, empezando por el vientre de Dos, su encuentro fue casual, un placer de congelarse en el tiempo hasta que las pieles ardan en ese hielo.

Sus pasiones, le hicieron suspirar una vez se separó de sus labios, con una agitación a sus sentidos, el hormigueo en los pies, y el cosquilleo a su estomago, le dictaron dominar otra vez esos labios, ahora con ella debajo suyo, pues, estaba ya en una postura acostada gracias al leve mover de su pecho hundiéndose en su desnudez.
ATIZE · 36-40, F
Repitió en su mente las palabras del otro quizás más de dos veces hasta que pudiese creérselo. Su respuesta fue sonreír de lado ante las infinitas posibilidades que eso pudiese o no significar. Decidió averiguarlo por si misma, así que envió su mano más cercana a la nuca del otro, cerró los dedos en un puño contra los cabellos de la misma y mantuvo fijo su rostro, al cual se acercó.

No lo pensó dos veces, cerró su único ojo y dejó que el tacto hablase por si mismo. Presionó los labios encima de los suyos en un corto beso que por el momento no profundizó. Tan sólo quería disfrutar de ese calor, de lo rico que se sentía la suavidad de su boca. Lo mucho que esa presencia le daba seguridad y hacía que absolutamente todo pasara a segundo plano.
Hellcrawler · 26-30, M
A su corta distancia, volteó la mirada hacia el vaso, y su pose a piernas desnudas. Bueno, vaya asunto fue beber de la copa, ya que, una vez fulminado hasta el borde del trago, escuchó su pregunta. Su cabeza tembló por dos segundos al punto de hacerlo sonreír.

- Sí, estoy dispuesto a cuidar de ti. - Dicho esto, dejó la copa en el suelo y le miró fijamente.


Contó sus cabellos brillosos al sol, le gustaba como vacilaban al ritmo del viento que se movía, entonces, llegó esa duda a sus oídos, el creyó tener la respuesta, pero se la pensó gratamente, quizás se refería a la molestia de la noche, o al mismo gusto de la acción, de todos modos, la respuesta sería la misma.

- No, no me desagrada, solo que te tengo respeto, Dos. - Respiró intentando tomar todo el valor del mundo y comentar a la par. - Quizás si no hubiese pensado en ti, me hubiese aprovechado.




ATIZE · 36-40, F
Colocó el vaso en el suelo y lo empujó hacia él, ofreciéndole la bebida. Después apoyó los codos encima de sus rodillas y entreenlazó los dedos para crear un soporte para su barbilla, sin despegar la vista del paisaje.

- ¿Estás al tanto que estas cosas pueden seguir ocurriendo, cierto?

Había algo que quería preguntarle, pero no encontraba las palabras para ello. Arrugó el entrecejo mientras buscó una forma sutil de llegar a la respuesta.

- ¿... Eso te desagrada?

Quería dirigir la pregunta hacia si misma, saber qué opinaba de ella. En realidad su miedo giraba en torno a esa posibilidad de rechazo, era lo que la empujaba lejos, una cierta precaución para no ponerse en peligro.
Hellcrawler · 26-30, M
El termino concreto para definir que solo tenía un pantalón como prenda en su cuerpo, era salvaje, pues, lo hizo a tanta velocidad que nisiquiera se abotonó ni usó ropa interior. Una vez salió de su habitación, se tornó a un paso mas leve, vio la hora y un disparo en su corazón lo hizo palpitar. ¿Acaso pensó en su compañera?

- ¿A donde carajo habrá ido? - Claro, la puerta del patio seguía abierta, y su idea le hizo dar encuentro con su compañera sentada.


¿Qué decir de la imagen con la cual se encontró? Su mirada fue cálida, y el notarle a ella fue como un verano en el tropico, una musa preciosa, pensó él, pero más le preocupó su cercanía. Fue entonces cuando camino por los escalones, llegó a su lado, y se sentó.

- Perdóname. - Agregó firmemente mirando recto hacia adelante.

ATIZE · 36-40, F
¿Qué había sido eso? Se preguntaba mientras caminaba fuera. No pensó en volver a su habitación por su ropa, ¿Qué iba a ocultar que el otro no hubiese visto ya? Sentía más impulso por desayunar un buen vaso de vodka, así que se dirigió hacia la estancia donde habían bebido la noche anterior, descalza y en bragas. Encontró una botella, un vaso y salió al patio, sentándose en los primeros escalones que encontró. Había sido oportuna para disfrutar el amanecer con su vaso lleno, el cual dejó a la mitad de una sola.

Una gran sonrisa llenó sus labios. Con la mente fría, licor en su mano y esa espléndida vista encontró todo lo sucedido altamente gracioso y divertido. Sí, su equipo estaba peligrando por todos esos acercamientos, pero no podría negarse a si misma que le había gustado lo que vio, y que se sentía intrigada por él.
Hellcrawler · 26-30, M
Sus ojos fríos y sin expresión volvieron, pues a cuentas de que su cadera se desnudó antes de que se enterara, era claro que ella huiría de él, se sintió como un imbécil por meramente esa espina. Pero bueno, nada pudo hacer, le bastó con levantarse del suelo, tomar las sabanas, y enrollarlas contra su cintura nuevamente.

- Joder... - Dijo para sí mismo, dando aviso de que fue una barbaridad.


Estando de pie, empezó a caminar hacia uno de los cajones de ropa, no decía nada, solo dio la espalda a la puerta de la habitación, ya que era el angulo donde se encontraban sus jeans, retiró su toalla de la cadera, y la desnudez se hizo vidente nuevamente, delineando sus músculos donde sostenía el peso del cuerpo, y aquellos tatuajes en su espalda. Dudosa fue en la forma la cual se agachó a ponerse los pantalones, pues lo hizo bastante veloz.

[center]- Creo que... Tendré que buscarla. - Peinó su cabello con una coleta aún viendo al espejo y silenció.

ATIZE · 36-40, F
Despacio levantó el torso para poder quedar sentada frente a él. Escuchar sus palabras la terminó dejando con una sonrisa, ¿Que nunca se lanzaría a sus brazos...? Esa idea nunca había cruzado por su mente antes, siendo sincera. Ahora resonaba en su cabeza como un espectacular brillante, opacando todos los demás pensamientos. Oh sí, conocía esos episodios donde algunas veces aparecía en otras partes. Conocía su poder, cómo ella era un canal entre este mundo y otro. La primera vez lo aprendió a la mala, pues un ser de gran poder decidió usar su ojo, pero fue tanta carga que terminó consumiéndolo en fuego. La pregunta era .. ¿Por qué le habían llevado ahí?

Y entonces las sábanas cayeron. Quedó boquiabierta al encontrarse frente a su longitud desnuda, de la cual no pudo apartar la mirada. Y así sin más, su cuerpo le dio la más peligrosa advertencia, pues su interior había palpitado en deseo, enroscando sus entrañas protestando por la falta de ese relleno.

Y lo esquivó, saliendo de a
Hellcrawler · 26-30, M
V se quedó viéndole fijamente, a luz de los abrillantados ojos azules, con una preocupación bastante obvia, pues, no paraba de preguntarse. ¿Estará bien? ¿Le duele? El tiempo se le cruzó de la nada y apenas el silencio daba más que mil palabras, observaba a su compañera y ella le observaba a sí, fue cauto recalcar a su gusto, pues, no tenía mucho que expresarle con esa misera boca tan vacía.

- Bueno... Yo estaba dormido, pero parece que algo te poseyó, lo noté solo por mera actitud. Tú nunca te lanzarías a mis brazos, pero no te preocupes, no pasó nada malo. - Le miró fijamente con seriedad en su mirada. - También noté algo raro, una especie de aura negra en tu rostro. -


Culminados los segundos en los cuales dio respuesta, acarició su rostro muy brevemente con la palma, dando ausencia a la otra mano sobre su cadera, esto hizo caer las sabanas con las cuales se sostenía para dar atención más seguida a sus posibles heridas.


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