/Ahora sus pensamientos debían cambiar para buscar una respuesta, aunque no era algo sencillo de lograr realmente, la cabeza de Zeve parecía ser un enigma en esos instantes, por lo tanto, negó con la cabeza.
No puedo-. ¿Qué deseas en este momento? ¿

— Adorable. Al parecer, su elección de palabras había tenido un lindo resultado y ahora era Ekaterina quien parecía tener fiebre por el estado de su rostro.
Tratando de no volver a reír, se limita a susurrar.—
¿Puedes imaginar qué me apetece en éste momento? (?)

/Todo bien, todo correcto... Hasta escuchar la última frase, ¿amor? ¿Cómo que amor? Al instante el rostro de Ekaterina se cubrió en rojo, después de todo no imaginó escuchar tal palabra provenir de sus labios, ¿o es que tenía otro significado? Apenas puede pensar. ¿
S-Sí... Supongo que puede verse de esa manera.

—La risa suave de Zeve fue espontánea al sentirse inquieta nuevamente por un pequeño toque en la mejilla, y unas palabras que su mente podía torcer a su favor. (?) —
El que me permitas hacerlo es un hermoso acto de confianza de tu parte, y un acto de amor de mi parte.

/¿Dijo algo malo o por qué el rostro de Zeve pareció rojo de nuevo? Intentó no preocuparse tal como le mencionó antes... Aunque esta vez le repasó la mejilla con la yema del índice. ¿
Confío en ti. Puedo dejar mi cuerpo a tu cuidado si algo llegase a pasar...

— No sabía que tanta profundidad le da ella a sus palabras, pero para Zeve había sido algo lindo de recibir. Recuperó un poco el tono rojizo en sus mejillas. (?) —
Gracias, Ekaterina. Procuraré darte lo mismo...

/Quedó finalmente en calma, más tranquila luego de sus palabras que seguramente recordará luego con vergüenza. ¿ Asintió entonces, determinada.
Sí, me aseguraré de darte lo mejor si algo te llega a suceder.

Muy bien.~
— Le era complicado no hacerle cariño. (?) Ella tenía un rostro serio, pero eso no detenía a Zeve de acariciarle un poco más antes de apartar la mano.—
Sé que si un día caigo enferma, puedo contar contigo.

/... Bueno, esa caricia era suficiente para hacerle suspirar. Normalmente la apartaría porque mucho contacto y demasiado cerca pero, lo haría luego, en ese momento se sentía bien. ¿
Comprendo, sí, si tú lo dices entonces estás en lo cierto.

Ekaterina, ya haces mucho y estoy agradecida.
— Se atrevió a usar su mano libre y con el dorso, dejó una tenue caricia en la mejilla ajena. Despacito, porque la veía un poco tensa. (?)—
No estás en deuda conmigo.