xKaalia

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—Si te queda el chaleco pontelo ..— le saco la lengua e hizo un gesto todavía más burlón de lo normal, hasta exagerarlo. Encogió los hombros riendo casi con frenetismo pero no tardó en recomponerse ya que no se espero nunca escuchar aquellas palabras otra vez, sobre todo provenientes de su boca. Ella llegó a él como una señorita correcta, pulcra e inocente .. y la convirtieron en un peón más como él. De entre toda la mierda que pasaron pareciera que pudo recuperar algo de ese antiguo ser. —Me harás llorar. — comentó cubriéndose la cara con la palma abierta pero dejando espacio entre los dedos para verla. —Fue mi placer, es la misión en la que más me he esforzado y la que más he disfrutado. — había carne de él en ella y viceversa, ciertamente había algo que quizá nunca se iba a poder romper y eso era su fidelidad para con ella.
Se quedó absorto en sus recuerdos dejando que la nostalgia le invadiera hasta que Kaalia lo sujeto del brazo haciendo que su atención vuelva a ella... De nuevo sonríe pero está vez de forma sincera torciendo los labios hacia un lado, de poder ruborizarse tendrían color sus mejillas y luciría infantil como un crío a quien su madre toma en sus brazos, experimentando verdadera felicidad. —Esta bien, sirve que compre unas cosas para mi. — la apaño con el antebrazo y empezó a caminar aunque no sabía bien hacia donde irían. —Bueno tú guías.. princesa. —

Su semblante había cambiado, no solo su cabello, no solo su físico o sus gestos.. toda ella, parecía un nuevo ser, uno que espera haber ayudado a forjar. Aunque sienta una punzada en el corazón por el que sus caminos se hayan separado tanto, sabe que ella estará ahí para él y viceversa; ellos tienen un vínculo que nada ni nadie puede romper. —Bien..— la escucho atento, es su mayor virtud entonces eso hizo, mientras lo hace la observa a detalle, toma notas mentales de sus manías y de su nuevos comportamientos, de su seguridad escondida entre sus palabras y de su valentía rozagante como un pájaro que aprendió a volar para ya nunca más bajar. Sonrió para si mismo porque sus propios pensamientos le dieron asco, poco acostumbrado está a esa mierda. No sabe si algún día estará cómodo, por mientras lo puede soportar. —Es difícil enseñar a alguien desde cero, me ha pasado... Pero al final, te sientes orgulloso de ver lo que han logrado. — se acomodo a su lado apartándose de la mitad de la acera como siempre sucedía en esas ocasiones poco usuales en las que se encontraban. La miro a ella de reojo y miro por encima de la gente que pasaba enfrente de ellos... No sabe cuánto tiempo va a durar su propia paz, pero la aprovechará antes de que la sed de sangre despierte nuevamente.

—Si te llega a faltar algo pídemelo. — la apretó a la altura de los hombros con suavidad pero igual un deje brusco se dejó ver. Soltó varias risillas aunque no tan escandalosas. ¿Qué era eso? ¿Una especie de paz? Tal vez el mundo estaba en guerra pero con ella no más, eso le brinda cierto alivio aunque ya desde hace mucho tiempo hubiera comprendido ciertas cosas que se transformaron en una cicatriz más en su cuerpo. —Y por amor a satán, lleva a Moka con un tutor y traela y yo le enseño, no vas a dejar que sea analfabeta siempre o si? — la soltó sacando un cigarro para colgarlo en sus labios.

— Seguramente esa es mi maldición. Por suerte ya no soy tu sombra sin embargo si miras abajo me encontrarás si necesitas algo. — se acercó y le dió un beso en el costado de la sien.

Nunca te vas a deshacer de mi, soy peor que una pulga en el culo.

DÍAS ANTES AL MENSAJE. -Conclusión-.


Los terrores nocturnos habían sido lo más difícil de su desintoxicación y en ellos la veía una y otra vez entre recuerdos, entre anhelos.
Varias veces quiso escapar con ella, llevársela de ese lugar pero era seguro que no lo permitiría porque ese había sido su capricho no de él, y no podía alejarla de aquello que más quería pese a que esto atentará contra su vida.
Por eso mismo se había declarado a si mismo como su escudo humano, sobre todo luego de esa misión en que casi sucede lo inadmisible.
Él nunca se anduvo con rodeos siempre procuro su bienestar aún luego de haberla encontrado, aún luego de la traición, del dolor, de la ausencia y la desolación.
Pero sigue vivo, gracias a sus puños, a su puta voluntad y a la diversión que le causa al ser celestial o al demonio, ya ni sabe pero cree que uno de estos le da favores.

Él ahora pasa por un universitario, un aspirante truncado a doctor que no obtuvo su cédula y ahora se dedica a limpiar muertos. Solo en los ojos de Kaalia de reencuentra con su pasado porque para él es un problema sanjado.
Más cona situación actual, ni en pedo regresa a Rusia y menos ahora, beneficios de tener tantos pasaportes. Usa el de su país natal Irlanda, como recordatorio de esas raíces inciertas y solo conocidas de nombre.

Sonrío de lado de forma burlona, no pudiendo creer que sienta miedo de él.
Se acomodo a su lado mirando a la niña a quien mantiene en brazos de forma primitiva buscando temblorinamente alejarla de él.
—Ya deberían enseñarle a hablar bien, vistela y entrenala. — obvio el comentario que dió la rubia respecto de agradecerle nego mirando a los alrededores mientras hundía las manos en los bolsillos.
—No me pediste que lo hiciera, no tampoco lo hice para que me agradecieras. Solo lo quise hacer. — ahora hizo una sonrisa más cálida que mostró sus dientes y giro con delicadeza hacia la menor quien le miraba de forma curiosa como si le examinará con esos enormes ojos.
—Mi vida es aburrida en comparación a la tuya, así que cierra la boca y acéptalo. No crié a una cobarde que se revictimiza. — de nuevo miro otro lugar, le agarro del hombro con fuerza, ese con el que sostiene a la niña.
—Si me necesitas búscame en la morgue o en la funeraria de los judíos. Para lo que necesites. — la soltó empezando a caminar aprovechando que la gente había cruzado el semáforo y había más revuelto alrededor de ambos.

TXT

контролируй идиота, с которым живешь, в следующий раз я не буду такой терпеливой, передай привет Моке, тогда я пришлю ей конфеты. :)

Mando el mensaje cuando se encontraba en su departamento justo mirando por el balcón, la noche se ponía y el aire frío le acaricia con jubiló, sonríe orgulloso. Nada como una serpiente disfrutando de su comida, el temor.

Sonrió para sus adentros pensando que quizá Kaalia sintió por un micro segundo celos de la niña a quien le prestó un tipo de atención diferente. Pese a que ella ya no era la niña de sus ojos siempre sería su princesa, algo que tal vez solo tenía sentido y significó para él en estos momentos.
Tras alzar la mano le revolvió los cabellos a la rubia mayor, primero fue cariñosamente luego de forma juguetona pero siempre dedicándole una mirada cálida y tierna.
No podía responder de forma aprobatoria ante su respuesta, porque todavía duele el hecho de que sea feliz lejos de él.
Bajo la mano desviando la mirada primero hacia arriba y después a un costado soltando una risa burlona para si mismo.
—Pinche cursi. — ahora le golpeo el hombro con suavidad, pero antes de permitirle reacciona se inclino y la abrazo quedando su boca cerca de su oreja.
—Debería secuestrarlas ahora mismo.. — sonrió ladino mirando a la gente que pasa a sus costados, el gesto fue un poco fuerte y emotivo, hizo el agarre más fuerte hasta que soltó la presión con cuidado...
—Es broma no me pegues soy sensible, esta cara bonita no se bien con heridas hahahaha— se cruzó de brazos haciendo una pose muy de series asiáticas.
—Yo era tu maldito perro..— se quejo haciendo un berrinche frunciendo los labios hacia abajo. Cambio el gesto por uno pensativo.
—De los dos siempre has sido la que piensa en el futuro o en el pasado, yo al contrario he permanecido estoico en el presente porque nunca lo teníamos asegurado.
Pienso que de seguir en Rusia yo seguiría a tu lado, te había prometido que sería tu vida antes que la mía. —