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User1553320 · 26-30, F
[code]Bienvenida seas a una noche especial de pesadilla para ti:
My little Claudia De Lioncourt.
Que comience el juego de horror
[/code]
[med]#Noche con un vampiro.[/med]Cada cosa tiene un comienzo, tal y como esta historia lo tendrá… pero de finales felices no se hablara.

Todo comienza una tarde de mayo, tan tranquila, tan hermosa y fácil de disfrutar. Todos van y vienen en busca de algo interesante para pasar la noche, el calor era sin duda demasiado fastidioso para mi gusto. Prefiero las noches frías, esas en las que puedes recostarte en la cama con chocolate caliente y una suave manta que cubre tus pies, aunque no importaba mucho qué clase de noches fueran, para mi todas las noches son iguales y ninguna es de mi agrado.

Eran aproximadamente las 9:35 pm, cuando llegue a casa, irritada y llena de mucha molestia, luego de tener que escuchar reclamos de mi madre al dejar las cosas a medio hacer en la cocina y la apariencia tan tétrica de un asesinato que no era más que cátsup y jitomates aplastados, me gusta romper cosas. Pero no la bajilla, como era habito de Mamá.

-¡¿Qué paso aquí?! –Dijo mi madre enfurecida con su diestra en el pecho, mientras que la otra se sostenía del mueble más cercano. Con algo más que diversión levante los hombros fingiendo inocencia. A lo que me respondió con una mirada fulminante que me hizo levantar las manos de inmediato en forma de defensa.-El peligro de dejarme sola en la cocina… -Respondí con diversión mientras comenzaba a limpiar la mitad del desorden pues como era de esperarse, las madres creen que no hacemos bien las cosas, cuando están muy enojadas. 15 minutos más tarde ya estaba terminando y como es claro, subí a mi habitación a regañadientes, estaba completamente irritada, mi cabeza palpaba y pedía a gritos un segundo para dormir sin tener que despertar llena de sudor y con el corazón latiendo a mil por hora. Abrí la puerta y como era de esperarse el cuarto era demasiado oscuro, pese a el color tan blanco de sus paredes y la luz entrante de la ventana.

Me mire en el espejo, claro cabello rojo desaliñado cayendo por mi espalda hasta la mitad y mechones por aquí y por allá en la cara, cubriendo mis ojos esmeralda, piel pálida a falta de vitaminas y el negro que usaba favorecía más mis rasgos distintivos, camiseta sin mangas, mallones y botas militares, nada del otro mundo que debiera resaltar. Me deje caer en la cama, suspirando un segundo antes de que mi respiración se cortara… TOC TOC, [b]el sonido que hizo al otro lado de la puerta del armario, seguro mama toco mis cosas de nuevo TOC TOCY me levante al segundo en que lo volví a escuchar “¡¿Pero qué mierda…?!” Pensé en un momento, mis manos se habían entumecido y mi cuerpo estaba tieso del miedo. No sé de dónde, pero encontré el valor de ponerme de pie, mis piernas temblaban un poco, pero eso no me impidió continuar acercándome, paso a paso, lentamente, hasta llegar al frente de la puerta. TOC TOC, y el pánico se apiado de mi cuerpo, abrí la puerta y en un segundo, toda luz se esfumo. Di media vuelta intentando regresar a donde se encontraba el interruptor de la luz, pero no pude encontrar nada más que una pared vieja de madera grisácea y desgastada, el pánico se apiado aún más de mí y comencé a sentir una angustiante sensación de que algo definitivamente no iba bien, NO NO ¡NO! ¡¿Dónde mierda estoy?! Mi respiración se agitaba y mi estómago se encogía, quería vomitar, el olor putrefacto de la madera rota y la humedad en ella era corrosiva en mi nariz, esto es malo muy malo. ¡¿Me quede dormida?! Intente abrí la única puerta que había en ese pequeño y comprimido espacio que parecía hacerse más y más pequeño, jale el picaporte más de una vez, hasta que una risita de niña, hizo que cada vello de mi cuerpo se erizara... Y al sentir una pequeña mano sobre mi brazo, no lo pensé más y me deje caer sobre la puerta que ahora estaba abierta, dando media vuelta en el mismo momento en el que caí al suelo, pero a mi espalda… no había ni una puerta, ni una niña esperando frente a mí.