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—Confessions
 
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(...) Pasos se escucharon, calzado miserable que en su vida ella jamás vestiría y que se acercaron sin hacer eco siquiera en su sombra; a la diestra de la conquistadora, dama que a todos encanta, la buscó repugnar con su respetuosa cercanía y con el hecho de no faltar el respeto al encarar sus palabras, pues la engrandeció a través de la ironía y aunque también es pérfida su lengua, muy en claro quedó que ambos son enérgicos en tal letal juego.

Brazos cayeron a los laterales de su torso, sin sorpresas, tan sencilla su presentación, tan poco elaborada, ¿qué monstruosas armas hay tras esa piel que es pálida como el alba?
 
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