strangehero

El olor a gasolina, nicotina y drogas en el ambiente inundaba el exterior de la ciudad, podía percibir cada nuevo agente químico a su alrededor, todo como una hipnotizante bruma compuesta de una serie de corrupción y sustancias psicodélicas con efectos distintos en el organismo de un humano común y corriente.


Y aunque el sonido del Heavy Metal en su Mustang GT500 aclaraba como más tarde pensaba unirse al ambiente de la fiesta y las carreras, sus motivos para conducir en tal lugar a tan altas horas de la noche eran con otro propósito previo a ello, tenía por ahora las ventanas cerradas; después de todo, perseguía minutos atrás a una lujosa limusina, la cual con cada vez más prisa buscaba adentrarse en la oscuridad del bosque, como una presa huyendo del rugido del motor del negro Mustang, el cual avanza a su paso sin atraso alguno.




La persecución, por alguna razón casi que inexplicable no tenía a las autoridades detrás suyo, de igual manera mantuvo bajo control cualquier acto agresivo a su vista, cambiando dichos actos al alcanzar una arboleda, su Mustang alcanzaba la máxima velocidad a través de una senda cubierta por la vegetación, dicha área sería el campo donde perseguiría a la limusina en una leve cantidad de minutos o tal vez segundos, un fuerte sonido, como una explosión se pudo escuchar desde lejos, posiblemente una ronda de un rifle o escopeta, un grito, y otra ronda más.

I'm your turbo lover
Tell me there's no other
I'm your turbo lover
Better run for cover

En cuestión de tres o cuatro minutos la limusina no estaría más visible por aquel sendero que el Mustang recorrió, ahora regresando por donde antes llegó, con una ventana evidentemente abierta, a diferencia de antes. Unas cuantas manchas de sangre cubrían en torno a su brazo izquierdo, también lo hacían por la ventana y puerta del chofer, el equipo de sonido evocando Judas Priest al máximo volumen y el humo de un cigarrillo saliendo por aquel asiento en lo que el azabache derrapaba y se posicionaba en el área donde iniciará la más pronta carrera.


Era tiempo de calentar el motor, mas era su trabajo limpiar las calles de cualquier Cainita que encontrara lo más pronto posible, y esta noche no fue ninguna excepción, una nueva victoria ameritaba el ahora poder divertirse.