strangehero

El escenario se presentaba con tintes de pesadilla, el sonido de los pasos de los maniquíes que habían cobrado vida acompañaban el cacofónico estruendo de los engranajes oxidados de aquella atracción aparentemente abandonada. Una risa disonante y desquiciada sonaba más cerca del sujeto que portaba una máscara de plástico con forma de caballo. Los restos que había tirado al pozo fueron lanzados con fuerza en dirección a él, estrellándose estos contra las paredes por el agresivo impacto, la sangre, el agua pútrida y los restos de carne salpicaron sobre él, bañándolo en suciedad. Cuando se vio rodeado por la multitud de muñecos, estos comenzaron a atacar, intentaron quitarle la ropa, pero sobre todo, la máscara que tenía puesta.




Paralelo a ello, una figura similar a la del compañero que había entrado a la atracción de “la inquisición” comenzó a acercarse al resto del grupo, en un principio no habría sospecha alguna, pues este individuo vestía exactamente las mismas ropas y portaba ese característico disfraz de equino que cubría por completo su rostro, incluso parecía que, por alguna razón, él había sido quien encendió el interruptor para darle vida a todas las atracciones que por años habían permanecido “dormidas”. No mencionó palabra alguna, solo se quedaba allí quieto, como si los estuviera observando. ¿Cómo reaccionarían los demás? ¿Abandonarían el lugar pensando que el “trabajo” estaba hecho? El titular de los periódicos del día anterior, hablaba sobre extrañas desapariciones de algunos ciudadanos locales.