strangehero

*Siempre había deseado ser considerada por un varón,uno apuesto, atrevido y bastante excéntrico, y quizá lo había logrado. Tomoko no pensaría en la clase de amenaza que supone ser aquel peculiar joven de blanca piel y rubia cabellera, pero en el trance de su desesperado deseo fué interrumpido por la voz seria y misteriosa del joven.- ¿Un bar? e-etoo .... -Maquiló tan rápido como pudo, pensando más y más en un bar cercano al que pueda llevarle.- Y-yo ... n-no sé ... q-quiz-zá ... -Dijo tartamudeando nerviosa más de lo que acostumbra ser.- Quizá en el centro de la ciudad, pero está lejos y ... n-no podemos ir ahí, es tarde y peligroso. -Se detuvo en seco obligando al muchacho a detenerse también.- - Por favor, ... ahí no. -Argumentó inclinando la mirada casi a punto de lubricarse de aquellas lágrimas que estaban haciendo presencia entre sus pálidos y tersos párpados, porque sabía de antemano que ésos sitios suelen ser muy frecuentados por los muchachos de su escuela, y la mayoría de ellos, solían hacerle la vida imposible a la desdichada Tomoko. Entonces, la chica de aspecto frágil suplicó al misterioso joven.-- Por favor, todo menos eso, haré lo que sea pero no me hagas ir a ése sitio.