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26-30, F
Time to build my empire.
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—Me río en tu Dracarys —como DragonLady no la puede lastimar el fuego. Soy como tú, tú eres igual. (???)
—Me da gracia que pienses que me importa tu opinión —se la echa en el hombro y se la roba. (?)
—Robarte.
FAs1564284 · F
—Hace muchas primaveras que no la veía, Regina.
NdV1572328 · M
| A tus ordenes. (?)
NdV1572328 · M
Alzó ambas cejas, en su forma humana se le había confundido con un ladrón, un mendigo y hasta un campesino, pero jamás con un príncipe; tal vez tenía el físico agraciado pero siempre vestía ropas simples y por las ropas se le juzga a una persona en los lares humanos. — Es una sorpresa. —Murmuró para sí mismo, estaba seguro de que Kassia no lo había escuchado pues ella prosiguió con sus palabras hasta llegar a una invitación para cenar.

Níðhöggr vaciló un instante; no tenía idea de si era una buena idea permanecer bajo un techo pues desconocía el momento en el que tomaría su forma original, empero, no quería ser descortés con Kassia - ¡cuánta buena conducta tenía de pronto ante un miembro de la especie que odiaba! - y, por el tono en el que ella había hablado, presentía que además no cualquiera era digno de compartir la mesa con ella. Apretó los labios mientras llegaba a una respuestaen su cabeza, sopesando los pros y los contras; tal vez de mostrar cortesía sería más difícil que notasen su repentina debilidad.

— Será un honor para mí acompañarte a cenar. —Dejó que la suerte fuera lanzada, de todos modos no tenía modo de saber qué pasaría o cómo saldría de Arcadia. ¿Por qué no convivir más con aquella mujer que lo había intrigado? Tenía mucha curiosidad... Sobre ella, sobre el reino, sobre él mismo. — Aunque... Debería aclarar que no soy un príncipe ni vengo a pedir su mano; no quiero asustar a sus muchos pretendientes, su alteza. Podría decir que soy un comerciante, la palabra "dragón" seguro hará que me sirvan una oveja viva en la mesa y, aunque no me disgustaría, no puedo masticarla bien con estos dientes humanos. — Se mesó los cabellos y volvió a sonreír, mostrando sus colmillos afilados pero, indudablemente, humanos.
NdV1572328 · M
No tuvo motivo para cuestionar la veracidad de las palabras femeninas, mucho menos cuando ella misma anunció que habrían de aprisionarla primero si así querían hacerlo con él. Una de sus cejas se alzó al comprender que la reina del lugar poseía una forma muy estoica de manejarse; no tenía sentido seguir resentido por lo pasado entonces, ahora era relativamente libre y eso era lo que le importaba. Carraspeó, saliendo así del ensimismamiento en el que había estado al observar a la peliblanca y, en vez de eso, enfocó su mirada en sus propias manos; sus muñecas acusaban un color amoratado que lo extrañó ya que era bien sabido por él que al transformarse en dragón todas las heridas de su cuerpo humano sanaban al instante.

— Bueno... Esa es una buena pregunta. —Respondió, aunque tardó lo suyo en volver a dirigir su mirada a ella; empero, la sostuvo una vez se dio cuenta de que Kassia parecía no querer separar la violeta de la esmeralda. — Eones. Mentiría si dijera que llevo la cuenta. —Su sonrisa aperlada se hizo presente, era obvio que un dragón vivía de manera casi indefinida aunque no inmortal, sin embargo, los de su raza no celebraban lustros ni mucho menos usaban las mismas medidas que los humanos. — Pero no te sientas intimidada, mi apariencia humana apenas y supera en edad a la tuya, al menos eso creo.

Estiró sus brazos, notando al fin los ropajes que enfundaban sus extremidades. Aquellas finas prendas no eran las mismas que él llevaba consigo en su morral, ni tampoco le parecían ser comunes; seguramente pertenecían a Arcadia. — ¿Quién me ha vestido? —Inquirió con una mueca divertida en el rostro, como si más bien insinuara si se le había visto desnudo tras desfallecer.
NdV1572328 · M
Nuevamente se mostraba ante sus ojos la actitud parsimoniosa de la Reina de Arcadia; a esas alturas de su estadía en tal sitio ya no sabía si la soberana era una mujer voluble o simplemente intentaba encontrarse como gobernante además de como persona. Níðhöggr podía decir que esa manera suya de tratarlo era su verdadero “yo” e incluso —y gracias a su descanso y confort sin las cadenas— apostaría todo a que el encierro que le dieron no fue idea directa de la fémina, sino que probablemente se lo aconsejaron y, sopesándolo, llegó a la conclusión de que era la mejor opción ante un peligro nuevo. Mientras la mirada esmeralda del ahora hombre seguía a la figura de Kassia se dio cuenta de que ya ni siquiera la culpaba, era común en los seres humanos temer a lo desconocido y tratar de contenerlo.

¡Pero qué desastre había en su propia cabeza! Jamás había tratado de descifrar a un ser humano antes, estos le parecían simples y desechables, pero sobre todo inferiores. Hizo un gesto de desaprobación para consigo mismo en cuanto notó que estaba sintiendo simpatía nuevamente por ella y se prometió desvanecerla en cuanto saliera de ahí; la cuestión, sin embargo, era cómo lo lograría o si ella le permitiría marcharse como si nada.

Tomó el vaso que la mujer le ofrecía y refrescó su garganta humana con el agua que le cayó de perlas; siempre que pasaba de una forma a otra se encontraba a sí mismo sediento y con un picor terrible que iniciaba en su boca y bajaba hasta su esófago, como si su contenedor humano le recriminase el lanzar fuego al ser un dragón. Apenas terminó de beber, dejó el vaso entre sus manos y echó su melena larga hacia atrás, descubriéndose bien la cara para poder ver a la Regina. — Creo que tu médico podría encontrarse con una incógnita si me viniera a ver. —Le echó un vistazo rápido al sitio y luego volvió a ella. ¿Era bueno preguntarle de una vez si iba a dignarse a dejarlo ir? Dudó por un segundo y al final solamente suspiró con pesadez. — Acepto tus disculpas pero soy demasiado resistente, así que no tienes nada por lo que preocuparte. Lo que quisiera que me explicaras, Kassia, es el motivo de este cambio tan drástico. ¿Subí de nivel como prisionero y ahora soy un prisionero estrella? O quizá haces esto para que me recupere y puedas regresarme al calabozo. —Alzó ambas cejas, consciente de que la respuesta de la fémina determinaría sus acciones siguientes. No podía quedarse mucho tiempo en Arcadia o podrían descubrir que no lograba volver a su forma de dragón, aunque en su fuero interno esperaba que aquello hubiera sido únicamente por cansancio y no por otra cosa.

La encrucijada se alzaba ante sus ojos: irse en forma humana y enfrentarse a los peligros de afuera sin su fuerza o quedarse y enfrentarse a los peligros de adentro si lo descubrían.

Maldijo a la bruja que le hizo eso con más fuerza que nunca.

Mel1573257 · 22-25, M
|| Aprobada. (?)
Mel1573257 · 22-25, M
|| Como diplomáticamente dije, ya te fregaste. (?)