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Kassiane — Druk
Lugar: Palacio Real de Arcadia
Tiempo: Antes de la era oscura.
 
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Drk1564357 · M
[code]Imprimió todo su esfuerzo en mantenerse a una distancia prudente de la joven, procurando conservar la concentración y no distraerse con todo lo que le rodeaba, pues, siendo novedoso y desconocido, alimentaba la curiosidad del personaje más hambriento por conocimiento que había vivido en el Reino del Sol. Pronto la sonrisa se convirtió en una mueca, pues, de hecho estaba mordiendo el lado interno de sus mejillas para evitar soltar un centenar de preguntas acerca de Arcadia, sus costumbres, su familia real, sus fronteras, sus creencias y todo lo que llegase a su imaginación en aquél instante. Y sin dejar de caminar, optó por enfocarse en crear una conversación que le mantuviese lejos de cometer otra equivocación que pudiese incomodar de nuevo a su anfitriona.

—¡Su palacio es hermoso, princesa! —Instó con más entusiasmo del que le hubiese gustado expresar.
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Drk1564357 · M
[code]—Drukash, acompaña a la princesa. Nada de abrazos, ¿entendiste? —Exclamó Akatosh, terminando de bromear y soltando una risilla que acompañó a la buena actitud de Arzchel.
—De acuerdo, padre.

Druk carraspeó encogiéndose de hombros, restando importancia a su anterior equivocación y sonriendo a la Princesa Kassia, optimista por olvidar la primera impresión y conocer a su homóloga de Arcadia, después de todo, el futuro de la relación entre sus naciones dependía en la relación de ambos, y si algo sabía hacer el heredero de Kaeshan, era entablar amistades sinceras… cuando no se interponía su personalidad tan peculiar o su poca consideración por el espacio personal ajeno.
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Drk1564357 · M
[code]Druk no pudo hacer más que arrugar la nariz y reír avergonzado al notar la reacción de la propia Princesa Arcadiana y del resto de su familia real: Una vez más terminó provocando más problemas que soluciones, aunque, al menos en esa ocasión no había pasado de una inocente incomprensión. Escuchó atentamente a ambos Reyes, admirando la vestimenta del monarca anfitrión más de cerca y aprovechando para imprimir en su memoria sus vivos colores y finos acabados, así como, discretamente, intentó discernir el tipo de tela que era e imaginar su forma de ser confeccionada. Su mente comenzó a divagar tan rápido y sin darse cuenta, entre lo que podían significar los colores en sus ropajes y decoraciones, o la forma en la que habían levantado aquella columna en una de las esquinas del salón, o si el tocado de la Reina tenía un motivo especial… que su padre tuvo que asirle del hombro para que volviese a la realidad. [/code]
ssin1563614 · 26-30, F
hubiesen estado expuestas a fuego vivo. Nerea estaba que no aguantaba más la risa, no por el actuar del príncipe, sino por la respuesta corporal de su hermana. Kassia apartó la mirada, aprovechando para distraerse con los blasones cosidos, con hilo dorado, a las largas banderas que adornaban a lo largo de la habitación.

Arzchel se acercó a sus invitados. Estrechó la mano del rey y palmeó su espalda, tratándose como amigos de toda una vida. Quizás era así. Intercambió un par de palabras con el soberano; luego miró a su familia.

— Mi querido amigo, qué bueno es verte por aquí. No perdamos más tiempo y pasen. Kassia, hija mía, adelántate con el príncipe Drukash. Muéstrale el palacio —

— Sí, padre. — Respondió a regañadientes. ¿Y si el chico resultaba ser demasiado extrovertido y aventurero? No es que le cayera mal, pero a esa edad, Kassia era muy penosa.

— Puede.. seguirme, joven príncipe. Mi madre y hermana nos alcanzarán después. —
ssin1563614 · 26-30, F
La primer reacción en ella fue mirar hacia atrás, a su padre, buscando una explicación coherente a lo que acababa de suceder. ¿Un abrazo? Era inusual la informalidad con la que era tratada, proveniente de un príncipe, lo cual desconcertó a la Arcadiana. Un acentuado rubor se apoderó de sus pómulos; Celanea respondió con una risa discreta y Arzchel atinó a asentir. Kassia comprendió que la bienvenida tenía que continuar.



— Es.. Trae regocijo a mi corazón escuchar esas palabras, príncipe de Kaeshan. Arcadia.. les da la bienvenida. —

Una sonora risotada varonil acabó con el momento incómodo por el que la primogénita pasaba. Arzchel se acercó a ella, dio una palmada en su hombro e indicó que regresara a donde su madre y hermana, quienes compartían risillas cómplices al momento. Kassia ya estaba roja hasta las orejas, las cuales le ardían como si(...)
Drk1564357 · M
[code]Y como había sido la Princesa de Arcadia la primera en hablar en aquella reunión, el Rey decidió que lo indicado era que fuese el Príncipe de Kaeshan quien respondiera, por lo que con una señal solemne le hizo saber a su hijo que era su turno, manteniendo un rostro sereno y expresión inmutable, aunque por dentro esperaba que las palabras de Drukash fuesen las apropiadas y no algo fuera de lugar, como era su costumbre.

—Agradecemos, Alteza, esta inspiradora bienvenida. —Exclamó Druk con voz segura y esa sonrisa curiosa que no podía ocultar al estar en presencia de lo desconocido—. Kaeshan celebra nuestra reunión y canta con nosotros, anhelando que... todo lo que usted dijo, sea una verdad cuanto antes, por el bien de nuestras naciones.

Giró apenas el rostro para ver de reojo el de su padre, y éste le hizo una señal de aprobación, pues, no fue el glorioso discurso de un soberano, pero, al menos no había metido la pata y con eso estaba conforme.[/code]
Drk1564357 · M
[code]Drukash miró con asombro y curiosidad aquél desplante de lealtad y devoción, emanado en la voz al unísono del personal encargado de la seguridad del Palacio y sus visitantes. Una corriente eléctrica casi incontrolable recorrió su espalda y estuvo a punto de aplaudir gustoso, no obstante, la Princesa, quien estaba al frente del todo, comenzó a hablar para dar la bienvenida a los recién llegados. El Rey y su hijo escucharon con atención, satisfechos con el recibimiento y también esperando con ansias que las palabras de su alteza fuesen un augurio de buena fortuna para ambos reinos.

Al escuchar la última frase, Druk sonrió sorprendido y abrió los brazos en dirección de la Princesa Kassiane, dando un paso al frente sólo para ser detenido por su padre inmediatamente. Entonces comprendió que no era tan literal aquello de los brazos abiertos, y sonrió con algo de rubor en su cobrizo rostro.
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ssin1563614 · 26-30, F
[med]“Loialitate față de Arcadia. Întotdeauna liber”.[/med]
( Lealtad a Arcadia. Siempre libre)


El vigor de sus voces apaciguó la ansiedad de Kassia. Aquella pequeña estrofa era un canto inspirador para cada Arcadiano, compuesta por sus padres al unificar los anteriores reinos para formar el actual.

Inhaló hondo. El encuentro sería glorioso.



— Arcadia les da la bienvenida, rey y príncipe de Kaeshan. El universo y nuestros dioses han conspirado para que nuestros reinos sean uno solo. Arcadia confía en que libraremos las batallas hombro a hombro, pero también que podremos coexistir en paz. Encontrarán en nuestras tierras un sitio al que llamar hogar cuando su sendero se halle perdido; nuestras aguas saciarán su sed y nuestros alimentos calmarán su hambre. Yo, Printesâ Kassiane, próxima Reginâ y Doamnâ Arcadiana, los recibo con los brazos abiertos. —
ssin1563614 · 26-30, F
Un par de palmadas provenientes de Arzchel fueron la señal aguardada. Kassia adelantó sus pasos, dejando atrás a su familia que, de todas formas, seguía estando flanqueada por un par de guardias con armaduras y lanzas decoradas con los ornamentos característicos del reino.

Pese a su corta edad, la joven Arcadiana mostraba tener la madurez suficiente para confrontar la visita de otros regentes. La diplomacia en su actuar florecía naturalmente, incluso en el sofisticado vocabulario que emplea al hablar. Llenó sus pulmones con el fresco aire una vez más y esperó. No muy a lo lejos, identificó a los miembros de la familia real y en ese momento, sintió crispar sus nervios. Empero, supo disimular el miedo de un primer encuentro con una sonrisa que transmitía toda tranquilidad posible.

Antes de que ella pudiera hablar, los guardias a su lado dieron un golpe al piso con el extremo inferior de la lanza, y al unísono con orgullo pronunciaron:
Drk1564357 · M
[code]El viaje a través del río prosiguió según lo planeado, y llegaron al Reino de Arcadia justo en el momento previsto. Y mientras más se acercaban al palacio real, más difícil era para Druk soportar la necesidad que le urgía a saltar del carruaje y explorar las calles. La gente se aglomeraba por montones para ver los trajes emplumados de la guardia de Caballeros Águila, cuyas lanzas curvadas resplandecían por la propiedad de sus metales, y a las magníficas bestias que tiraban del carruaje y las otras que montaban los Jinetes de Raptor. Y entre gritos de asombro, gruñidos de las criaturas y risas de los soldados, la procesión llegó al Palacio, y el Rey y el Príncipe se refrescaron con aguas que cargaban del Río Sagrado, alistándose para encontrarse con la familia Real de Arcadia. [/code]

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