—Tranquilo, yo se lo que deseo. Pero quisiera que tu estuvieras seguro de ello. ~ La verdad no he tenido más que un solo novio en mi vida, así que no se mucho de eso.

Le miró con un poco de preocupación; se acercó a él, de una manera distinta, y pasó los brazos alrededor de su cuello, abrazándolo contra ella.

—Si. Lo ha sido... Cansado... Pero, quiero ver qué más... ~

— ¿Y no es eso lo que deseas? Las veces en el bar solo han Sido un vaiven de emociones. Desde que te besé. —

*Se sentía como un idiota por soltar aquellas palabras. Nunca cambiaría su lado mujeriego pero aquella doctora le había mostrado más allá de todo. No sería la primera ni la última, pero si la única en hacerle ver cuán valiosos son los sentimientos.

Soltó su mano de a poco y se tocó la frente negando nuevamente.*

— Tienes razón, discúlpame...no debí decírtelo. Lamento si confundí las cosas. —

Su rostro se volvió en un gesto de sorpresa cuando lo escucho. Se llevó la mano al mentón, mordiéndose el dedo pulgar sutilmente.

—¿Eso te gustaría? ¿Que fuera tu novia? ~ Yo... Pensaba solo conocerte más, estar cerca de ti. No quisiera interrumpir alguna otra cosa que tengas... Pero, si estás seguro de que tú lo quieres... ~

— No Angie...no valgo la pena, pero si tanto te aferras a ver algo bueno en mi, entonces no te puedo detener. —

*Clavo su mirada en ella, admiro los detalles de sus labios hasta incluso podía detenerse a contar sus pestañas, pero fue directo a lo que quería decirle la mujer.*

— Si quieres ser mi novia, adelante. Pero te advierto que no será algo hermoso.—

—Hm... Te daré un ejemplo. Yo temo arruinar las cosas, al tener miedo de que me cambien por alguien más. Es un temor que probablemente deshaga las cosas que quiero armar... Pero deseo tener fé... ~ ¿Crees que valgo la pena?

Había entrecerrando la mirada, alzandose un poco hacia el al colocarse en puntas.

—Yo pienso que tú vales la pena. Me has mostrado un poco de ti, y quisiera llegar quizá, un tanto mas...

— Por qué todo lo que toco lo destruyo...ya te lo había dicho. —

*Suspiró con pesadez y puso un poco de fuerza sobre la mano ajena, como si ahora le diera miedo soltarse de ella. A su vez, sintió el toque en su rostro y elevó su mano izquierda para posar su palma sobre ella.*

— Queda bajo tu propio riesgo.—

—¿Por qué piensas eso? Es decir, puedes decirme exactamente cuáles son tus temores. No pretendo juzgarte, sino lo contrario, ayudarte. ~

Se acercó a él, y dejó los dedos por sobre su mentón, en una pequeña caricia, tratando de tranquilizarlo.

*Pronto, Clint temía de si mismo, era una sensación parecida a cuando se presiente la muerte. Pero era solo sus emociones traicionandolo, ninguna misión, ningún contacto, ninguna cercanía era similar a esta. Quizá estaba exagerando, pero intento controlar su respiración y de una se lanzó directamente atinandole a entrelazar sus dedos con los ajenos.*

— Te arrepentirás, como todas. Pero está bien.—

Tomó su mano, sonriendo con levedad, los ojos azulados entreabiertos apenas. A diferencia de él, ella estaba bastante calida en ese momento, gracias al ambiente y un tanto de lo que bebía; tomó su mano suavemente, aunque firme, solo para jalarlo hacia ella sin ser impetuosa.

—Claro, juntos. Sin nadie que te esté recordando lo malo, solo... Diciendo lo bueno de ti. ~

*Sus nervios vinieron de vuelta, rápidamente sus manos comenzaron a temblar y no era para menos después de todo lo ocurrido en la última semana con ella. Todo había pasado muy rápido desde su divorcio y cambio de residencia. Levantó la mirada y sus pupilas se dilataron.*

— ¿Juntos? .—

*Extendió su mano temblorosa hacia la de ella. La temperatura corporal de Clint ya no era cálida, era bastante fría como para pensar que era un occiso.*