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—No era la velada que esperaba, pero... No me arrepiento de ello.
 
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El hombre torció la boca, pues nuevamente la mujer había rechazado su oferta. Bajó nuevamente la mano. No estaba acostumbrado a tratar con personas con tanta inseguridad.

─ Ve al vehículo, yo me encargaré del resto ─ dijo el rubio y sacó de su bolsillo las llaves de su automóvil haciendo entrega a la mujer.─ Intentaré no demorar, sólo echaré un vistazo ─ dijo retrocediendo unos pasos mientras miraba a la mujer. Tras unos pasos se dio media vuelta y se dirigió hacia la puerta de madera.

Echó una mirada alrededor justo antes de girar la perilla y entrar pasar el portal de la puerta cerrándola detrás suyo.
Sorpresa, no era una habitación, era un pasillo iluminado por lámparas de luz amarilla a lo largo del corredor. No había nada más, solo un largo pasillo de paredes blancas por dónde comenzó a caminar a paso rápido en busca de algún indicio de quién era ese sujeto.
Dio un suspiro al escuchar su explicación, sintiéndose un poco tonta de pronto; pero evaluó sinceramente el ir a estorbar un poco en su investigación, y el hecho de que era mucho más que lo que ella pensaba, razón por la que, indudablemente, se sentía más incómoda.

—No es eso. Lo pensé y creo que no soy de mucha utilidad aquí. Estoy preocupada ahora de que la situación sea diferente a lo que pensé. —Movió suavemente la cabeza, sin mirarlo a él (por vergüenza), pero fijándose en su mano extendida. —A pesar de que atiendo a muchos de estos hombres aquí, nunca he tenido la necesidad de huir de uno de ellos. Estoy preocupada.
Al parecer la chica no había comprendido su "broma". Algo normal ya que hacía muy poco tiempo que tenían una amistad.
Tras soltarle, la mujer mostró en su expresión una clara incomodidad, acompañado de las palabras que había soltado.

─ Fue una broma, no tienes porqué tomártelo así ─ dijo el rubio sin apartar la mirada de la joven mujer.─ Aunque también comprendo el que hayas tomado mis palabras cómo algo negativo; tienes mucho estrés y apenas nos estamos conociendo. Sé que me veo cómo un espigado serio y amargado, pero deberías conocerme un poco más; te aseguro que no lo soy del todo ─ completó con una ligera sonrisa en sus pálidos labios.

Extendió entonces su diestra hacia la mujer, obviando absolutamente todo lo que ocurría alrededor.

─ Vamos, descifremos este misterio. ¿Lo harías conmigo?
—¿Complicado?

Le miró con intriga cuando volvió a acercarse a él. Lo tomó como que quizá no le estaba siendo de ayuda en ese momento, por lo que, cuando terminó aquella canción, se limitó a soltarle para ajusta la pequeña cartera que colgaba de su hombro contra su abdomen.

—En ese caso, es mejor que te deje trabajar sin que tengas que preocuparte por mi presencia. —Bajó un poco la mirada. —Gracias por... esto. Te pagaré en efectivo, cuando salgas de aquí. Creo que me iré al auto ahora.

Dicho esto, frunció los labios, para luego sonreír con levedad de forma política.

—Buenas noches.
Las cosas habían salido mejor en su mente dónde la imaginó siguiéndole el juego con femenina gracia.
A pesar de que sabía del sujeto a quien su actuar había incomodado, no representaba algo de importancia para el rubio. Así cómo ella, él también estaba intrigado.

— Pierde cuidado, ni he hecho enojar a muchos, sólo a uno — hizo una breve pausa.— quizás dos, por ahora — esbozó una sonrisa despreocupada.—Si tanta curiosidad te da, tenemos que ir a investigar lo qué hay detrás de esa puerta. Si quieres quedarte con tu enamorado, no importa, lo nuestro es complicado de todos modos — agregó bromista.— Decídete.
Dio un pequeño giro en el momento que se le guió, sin mucha gracia en realidad, pues estaba más concentrada en sus palabras que en otra cosa; solo vio un poco de esa puerta que le mencionó en el momento que le dio esa vuelta. Dio un pequeño suspiro, con la vista baja, visiblemente incómoda más que nada con lo que había a su alrededor, no con él precisamente.

—No juegues con eso. —Susurró, sintiendo la mirada del sujeto de la bebida clavarse en ambos. —Igualmente creo que el tipo ese está un poco molesto por lo que hiciste. —Torció los labios sutilmente. —Este es un lugar bastante peligroso y no hay que hacer enojar a muchos por aquí. En todo caso... a como lo describes, es algo extraño que esté en un lugar que no es precisamente lujoso, ¿por qué iría personalmente a mi departamento, si no tiene necesidad de dinero o algo así? No tiene sentido...
— Pensé que te lo estabas pasando mal. Si quieres te dejo regresar con tu enamorado. Yo mientras puedo ir a investigar un poco más — dijo el hombre tras notar la incomodidad en la doctora.

— Antes de que te vayas te diré lo siguiente: el hombre llevaba una ropa de improviso, se nota claramente que esos zapatos de charol caros no los usaría con una ropa de supermercado. Su acento suena francés y quedó más que claro que en este lugar, justo en la habitación detrás tuyo...— fijó la mirada en la puerta de madera dónde aquel hombre había entrado.— No voltees. En esa habitación hay algo que pinta interesante. Iré a ver qué más hay — se apartó de ella sujetando su mano derecha con la propia haciéndole dar una vuelta sobre su propio eje y finalizando el movimiento con la sujeción de la mujer por su cintura.
Se impresionó cuando él le tocó, tanto que por poco pega un grito; apenas tuvo tiempo dejar la bebida ofrecida en la mano del hombre que se había acercado a ella, mientras avanzaba con el detective un poco trastabillando en el suelo.

—¿Qué pasó? —Susurró, mientras el hombre que habían dejado atrás se enojaba un poco por la salida furtiva. —Ser así de espontáneos nos hará resaltar mucho más. —Se aferró un poco a él, en todo caso, sin siquiera estar segura si sonaba alguna canción. —¿Pudiste averiguar algo?
[code]Tras unos instantes, el hombre viró su mirada hacia la doctora, quién parecía "divertirse", pues hablaba con un chico que se veía interesado en ella. Sin embargo, a pesar de la distancia pudo notar una expresión de incomodidad en su rostro.
Alexander tomó la bebida de un jalón y se dirigió hacia la mujer caminando entre las mesas y las personas en su camino. Demoró unos cuántos segundos en posicionarse a espaldas de la mujer sobrepasando por supuesto la estatura de ésta y clavando su azulada mirada en la del hombre frente a ella.

Ven, cariño. Bailemos ─ mencionó lo suficientemente fuerte para que el hombre pudiera escucharlo. Tomó a la mujer por la cintura y le dio la vuelta desde la cadera para que le mirara a él. Bajó la mirada obviando al otro chico y la dedicó a la doctora. Ni siquiera había notado qué música esaba sonando, pero comenzó a moverse de lado a lado mientras sus manos controlaban el movimiento femenino desde su cintura.[/code]
Sus pensamientos se distrajeron cuando notó que se habían separado, tanto que ni siquiera se percató de que un mesero le había traído un coctel invitado por "algun hombre en la barra". Masculló un "gracias" cuando lo tomó, haciendo un pequeño gesto con la bebida, pero no la probó... ¿qué era lo que había sucedido?

Sin embargo, ella no accedió al impulso de ir con el detective, sino que se quedó en el mismo lugar, espectante, nerviosa. Estaba segura de que él se aproximaría, o mínimo, le mandaría un mensaje... tendría que compensar todos los pesares que le había causado... el hombre que le había invitado la bebida había aparecido a su lado, y ella no supo cómo reaccionar de pronto, retrocediendo un poco.

—Es una noche fría para ese atuendo que lleva. —Le dijo, causándole un gesto de incertidumbre a la doctora.

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