Luego de haber caminado un buen rato al fin estaba en frente de lo que era la casa de aquel mal viviente adicto al cafe (?), con un papel en mano y una bolsa que contenía una caja mediana con las siete unidades del café colombiano exportado. El grandullón tenia una pinta terrible, pero era porque toda su vestimenta estaba manchada con sangre, no era para menos asaltar una cárcel tenia su tiempo, pero se divirtió. Sin mas comenzó a girar su brazo con la mano presionada en la caja rápidamente gracias a la buena coordinación de su hombro este parecía una hélice mientras buscaba. . .[-]
—No, no. A lo que me refiero es que, los efectos de la cafeína, ya sabes, como el mantenerte despierto y el incremento de energía, serían más notorios en alguien que no suele beber mucho café.
Dio un corto sorbo al propio, disfrutando del aroma por un momento, antes de proseguir.
—Funciona como... casi cualquier droga, en realidad. Mientras más te acostumbras a ella, menores serán los efectos. ¿Sabías que incluso hay deportistas que aprovechan los efectos de la cafeína para mejorar su rendimiento? Quién sabe, quizás una taza bien cargada antes de una pelea, y te hará una diferencia.
