—Tómalo como parte de mi experimento. —Esta vez, para aumentar su tentación, uso su propia uña para encajar sobre su dedo—. Es parte de mi deber como acompañante darte de comer, ¿no es así? ~

Entonces, la sintió. Por encima del golpe de su almohada, Aisha rebuscaba sobre su pecho con curiosidad, se notaba dudosa ante la situación. Así fue, entonces, que decidió imitar las acciones de la mujer, usando su palma libre en un pasar sobre el abdomen de la mujer, como si tratase de estimular su estómago; este, sin embargo, no tuvo vergüenza en acariciar la piel de ella, incluso si se encontraba cubierta de tela.

—¿Y ese es un problema? —Esta vez, apuntó su mirada hacia ella—. ¿O tienes miedo de provocarte una adicción? ~

Jugó con sus retos, de nuevo. Sin embargo, pronto las gotas de sangre empezaron a caer sobre la cama. Su mirada, retadora, apuntaba ante Aisha en búsqueda de tentarla; parte de su ser, y parte de seguir viendo su rostro junto a él.

@Adrian Moreau: Traigo una chamarra del tamaño de un gigante puesta encima. (?)
¿Asi que cuál es el festín?

-Eventualmente cedió, de mala gana, pero lo hizo. Tumbándose a un lado, en su agotamiento, pues el solo hecho de vivir a regañadientes ya le restaba gran parte de su energía. Boca abajo quedó y su rostro que hundido en la almohada, refunfuñó sobre esta, hasta que la última propuesta le invitase a husmear por el rabillo de un ojo hacia su contrario, en todo a lo que su cercana vista podía captar.-

No eres de los que abiertamente ofrecen algo sin recibir nada a cambio, ya suéltalo.

-Quitó la almohada de debajo para pegarle con esta en la cara y entonces apoyarse de un codo, alzándose de lado mientras que la mano libre se acercó con garras afiladas hacia el torso masculino donde sólo las puntas se atrevieron a rozar su piel al dudar.-

Tengo mucha sed, pero la tuya nunca termina de saciarme...

Sus utensilios fueron quitados de inmediato, cosa que no negó ni resistió contra la mujer. Se estiró por la cama para quedar expuesto ante la demonio, quedando recargado sobre su hombro para dirigir su mirada a sus ojos.

—¿Por qué debería irme? Si justo enfrente mía tengo un festín para mis ojos. —Dejo aquello a pensamiento de la mujer.

En una acción rápida, dejo que su dedo se mantuviera señalando a la mujer. No en señal de darle nombre, si no en otra cosa distinta.

—Te prometí algo de comida, aquí está. —declaró—. ¿No tienes ganas de volver a probar mi sangre? No puedo dejar que mi pequeño demonio muera de hambre. ~

@Adrian Moreau: Oye, que no eres un gato para estar restregándote en mis cosas. Hasta el olor de uno me sienta mejor que el tuyo.

-Se sentó en una esquina de la cama, asqueada en su pesar, presente en cada movimiento con el único propósito de marcar su hedor en cada rincón. Se estiró, para tomar la almohada y quitarle la funda, desechándola a un lado y abrazando el cojín.-

El tuyo en particular me molesta. Además ¿por qué sigues aquí?
¿No tienes nada mejor que hacer?

Sus enojos por fin salieron a la luz. Incluso con tal declaración, decidió restregar con menos decencia su pecho desnudo contra los telares que recubrían la cama, y como otro objetivo, tomó una de sus almohadas para ponerlas directo en su abdomen y ser envuelta en su aroma. Ese era parte de su plan.

—¿Por qué debería? Si esto es demasiado relajante...

Le dirigió una mirada para cuándo sus telas fueron impuestas en él. Vió la reacción de la chica, y sonrió en curiosidad.

—¿No puedes ver a un hombre desnudo, de verdad...? ¿Es mucho para tus castos ojos, mi dulce y delicioso abdomen, mmh? ~

@Adrian Moreau: -Su vista que opacada por esa prenda bajo la cual resopló con molestia, dejaría petrificada a la demonio quien rápidamente sostuvo un pedazo de la tela envuelta con su cola para quitársela de encima y aventar al suelo.-

¡Basta de estupideces! Salte de mi cama.

-Pretendía ignorar la condición en que el masculino yacía tendido sobre su colchón. Una venita resaltaba de su sien, acompañada de tan penoso rubor cuando tomase la túnica de vuelta para tenderla sobre su anatomía descubierta, sin siquiera pensar en atender a los detalles.-

Tampoco quiero verte, no he cenado. (?)

Vio sus respuestas entrecortadas para seguir. Levantó su rostro y hojeó las partes claves de su habitación. Su cuerpo no se movió, casi como total ignorancia de su anterior comentario; así fue, entonces, que de su propia tela hizo su movimiento al quitarse su túnica y vertirla sobre la demonio, dejando su pecho afuera.

—Si tanto te molesta mi "hedor", espero cubrirte de él no te mate.

Aplastó a la mujer con sus brazos, antes de virar hacia su cama para caer recogido ante ella. Se encargaría de rastrear cada centímetro si eso significaba una visión más molesta de Aisha, o tal vez, tenía otra cosa en mente.

—Lo siento, prefiero quedarme aquí.

Cómo ser del inmaterial, no tenía ni una sola vergüenza en posar desnudo sobre sus compañeros. Cosa que demostraba en estos mismos instantes.

@Adrian Moreau: -Supuso que el entorno, su ser, recobrasen la tranquilidad robada. Pero fue la peor decisión de su vida, darle esa libertad para deambular por ahí cuando inicialmente pudo haberlo sacado a patadas de la habitación.-

N-No lo sé, tienes la ventana... utiliza tus malditos ojos.

-Titubeó cuando la piel se le encrespase por la zona en que su aliento marcara una singular frescura y sin mayor preámbulo voltease de reojo a enfrentarlo, aun si sobre el rostro femenino contenía su más pura vergüenza.-

"Este lugar" es mío, las reglas las pongo yo. Si quiero quedarme lo haré y si exijo que te vayas, también.
Además, suficiente hedor ya me dejaste...

—Mm... Que estómago tan débil, que un pequeño movimiento no puede aguantar. —Sin embargo, sus pasos se acercaron hasta estar detrás suya; ubicando su boca cerca de su oído, recurrió a un suspiro—. Pero, no recuerdo bien por dónde salir, soy algo distraído. —Su forma de decir que solo así se iría—. Además, este lugar es bastante acogedor. No creo que quiera irme sin ti.

@Adrian Moreau: No me puedo llevar bien con idiotas como tú, se me complica entenderlos y no voy a quemarme las neuronas por eso.
-Encogida de hombros, confesó su desinterés. Siendo que ahora prefirió ignorarle para seguir en lo suyo, atendiendo al monitor.-
Ya conoces dónde está la puerta. (?)