𝐄l humano habla demasiado, no uno ordinario, pero uno al fin y al cabo. Un poco de electricidad estática no supone una medida para hacerla recular, mas bien. La embaucadora arrugo la nariz molesta y impaciente.
─ Silencio..."¿Exigir mis derechos?" "¿No nos conocemos de nada?" Lo único que recibirás de mi será una explicación y tu me darás tu sangre. Un trato con una Daeva, no soy una sucia Succubo. No negociare ante un precio tan ínfimo.
𝐒entencio con firmeza y una ágil cola se movió para enroscarse al cuello del joven, apretó con fuerza solo los primeros segundos para arrodillarle frente a ella, ahora sin soltarlo pero aflojando el agarre fue inclinándose para observarle sonriendo de nueva cuenta y una lengua bífida repaso sus comisuras ansiosa, muchos milenios son los que lleva encerrada y esto solo es un pequeño "foreplay" para su entretenimiento.
─ La sangre la reclamare de tu boca.