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LV1552459 · 31-35, M
Recibirla cerca de si fue como una caricia de calma, un remanso mudo que aceptaba sin chistar, pues lo necesitaba, requería de su calor, de su presencia delicada <y muchas veces insolente, muy ella>. El calor de la guerra ya se sentía con mayor brío, el punto de quiebre estaba cercano y cada día de vida era un logro en medio de la batalla.
Voreno se relajó y con la confianza que ya había forjado con ella, ambas manos se adueñaron de sus caderas, atrayéndola aún más—. Es porque la mayoría de mis hombres se desplegaron al frente; hubo un ataque más fuerte en el sur, los Galos han reunido más soldados. ─Ambas manos se pasearon por tan delicada figura, realzando la estrechez de su cintura por encima de esa tela suave que tan bien lucía─. Pero el invierno terminará al igual que sus recursos y suministros. ─Tras decir aquello exhaló, culpa de su agotamiento físico, y culpa del gusto de recorrerla en caricias, incluso, presionando más de una vez su cuerpo con esas palmas hoscas y {...}
Voreno se relajó y con la confianza que ya había forjado con ella, ambas manos se adueñaron de sus caderas, atrayéndola aún más—. Es porque la mayoría de mis hombres se desplegaron al frente; hubo un ataque más fuerte en el sur, los Galos han reunido más soldados. ─Ambas manos se pasearon por tan delicada figura, realzando la estrechez de su cintura por encima de esa tela suave que tan bien lucía─. Pero el invierno terminará al igual que sus recursos y suministros. ─Tras decir aquello exhaló, culpa de su agotamiento físico, y culpa del gusto de recorrerla en caricias, incluso, presionando más de una vez su cuerpo con esas palmas hoscas y {...}
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