— No pierdas el ritmo....tampoco la consiencia... Recuerda que ¨El demonio del este¨ cree en tí y tus habilidades!
Era como si el tiempo se hubiese pausado, pero el extranjero ahí estaba, observando al rubio con orgullo en su entrenamiento tan brutal que se había terminando hiriendo a si mismo, pero su sonrisa era gentil, de orgullo hacia el joven cazador.