Estaba sonriente y muy complacida de ser capaz de llevar a su prometido a ese nivel de deseo y excitación. Ella también podía jugar a ese juego así como la había tomado en el callejón ella lo tomaría mientras conducía. —Correte mi amor~ Anda, para mi—.

Continuó chupando y succionando su miembro con ansias y deseo, quería sentir ese cálido líquido en su boca y que él lo viera desbordarse de sus labios, se aferró a sus piernas para hacerlo correr.

Dio un largo trago seco, bajando el rostro el auto quedó suspendido pero su amada no había cesado en sus actos. Su piel y cuerpo ardiendo con la reciente actividad sexual y la inesperada pero deseaba atención de su amaba sobre su miembro.

Jadeó pesado, elevó las manos al volante para agarrarse y pegar su frente al frente.— M-Me harás correrme... — Tenso los músculos nunca antes le había pedido aquello y que lo hiciera lo ponía caliente.

Sonreía sumamente satisfecha pues notaba en el cuerpo de su prometido lo mucho que le fascinaba la atención que le estaba regalando, sabía que se había detenido así que supuso que estaban cerca de su departamento así que continuó los rápidos movimientos sobre el miembro de su amado, logrando mirarlo de reojo con lujuria.

Hizo una coleta con su cabellera que esas hebras no le molestan en su acto. Sentía la debilidad en sus piernas y tan cerca de apartamento se estaciono, apagó las luces y el motor para hacer espacio , mirarla y dejarla brindarle esas atenciones sobre su miembro.

Eran tan buena que lo hacía jadear, tensar los músculos y respirar muy agitado.— Nnnngg... M-Me encanta...~—

Mantenía un ritmo bastante constante, llenando de saliva su miembro y saboreando su propio sabor y el de él mezclados en un maravilloso sabor.

Seguía dándole atención a su prometido, ignorando el hecho de cuanto les faltaba para llegar al departamento de Skah, dejando que por momentos la dirigiera como más quisiera. —Mmgh...—.

Ella lo entendía muy bien y atacaba directamente esa mente suya llena de perversión. Tenso los músculos de sus piernas entre cada succión sobre su miembro que anteriormente la había penetrado y aún conservaba el aroma y sabor del fluido indecoroso.

Se las arregló para manejar sin perder de vista a su novia quien me brindaba demasiado placer. A momentos tomaba su nuca y hacia de lado su cabellera hasta que llegaron muy cerca de su departamento pero no la hizo detenerse.— Nnnngg.... M-Me encanta.—

—La amo tanto como tu me amas a mi—. Suspira con el beso mientras se acomoda el vestido e incluso peina un poco su cabello.

Rápidamente comenzaron a andar por la calle para ir hacia el estacionamiento, subieron al auto y al ver aquellas señas de su novio relame sus labios. —Si... Vámonos—. Cuando puso en marcha el auto ella si inclinó sobre su regazo y tomó con una mano su miembro comenzando a succionarlo.

— Lo se muy bien que amas mi locura.— Responde al beso bajando el vestido, por el frente le cubre sus senos abotonado en el centro.

Podía ver un pequeño escurrimiento de fluidos por las piernas y los apresuró a dejar el callejón para visitar el estacionamiento. Dentro del auto y con el motor aún apagado no dejaba de mirarla ni de hacerle señas sugerentes.— ¿Nos vamos?.—

No podía creer que acababan de tener sexo en un callejón, aunque fue una experiencia realmente grata. Su pecho subía y bajaba agitada debido al orgasmo que aún persistía en su cuerpo, sintió sus fluidos y los de su amado deslizarse y caer al suelo. Se separa un poco y lo mira directamente a los ojos.

—Eres detestable—. Dice para besarlo inmediatamente, mordiéndole el labio inferior. —Te amo por eso—.

Le encantaba profanar y llenar su interior una advertencia muy clara para cualquier otro hombre era que él estaba presente en su cuerpo y su piel. Sintió ese orgasmo invadir las paredes cuando retiro el miembro y este fluido se esparció por el suelo dejando una perversa mancha debajo de ellos.

Rio, sosteniéndola con firmeza no podían quedarse mucho tiempo. Estaba agitado, muy ansioso por seguir con sus deseos sexuales.— Vamos... Te mentí, traje el auto pero no podía resistirme cuando te vi vestida así.—