Sigue dejando besos suaves y muy lentos por sus omóplatos incluso besando su cuello por la parte trasera. Sus manos lo rodearon para comenzar un delicado paseo por su abdomen, podía sentir aún las gotas de agua. —Y tu eres mi luna, esa luna que he prometido seguir toda mi vida pues a dónde tu vayas yo iré—.
Deja una mordida sobre su hombro mientras sus manos siguen acariciando su abdomen.
Se erizo por completo con esa cercanía, con esas uñas sobre su piel y el recorrido de sus besos que le hizo suspirar y abrir paso a la emoción. Reprimió aquello, era muy pronto para girarse y deshacerse de ese vestido. — P-Pero esta noche eres la estrella más brillante del universo.
Se giró tantito para verla de reojo, estirando el brazo dejando caricias suaves alrededor del antebrazo. Ahora había duda... Entre ir a esa reservación a cenar o cenar a su amada.
Había tomado asiento en la cama, esperando a su amado. No esperó que ese baño durara menos de 10 minutos; le causó gracia verlo chorrear agua por la habitación mientras buscaba que ponerse.
—Ya mi amor, pero...—. Aprovecha para acercarse a él ahora que está en toalla y le araña suavemente la espalda para luego inclinarse y comenzar a besarlo. —Tu te ves muy guapo, amor—.
No tenía que decirlo dos veces ni tres, huyó a la ducha con toda la velocidad que daban sus pies. Lo que se tardó en bañarse era menos de 5 minutos para salir aún con agua corriendo por sus cabellos.
Seguía apresurado, buscando las prendas que se ajusten a la elegancia de su amada, la miraba de reojo y a veces reía entre nervios y emoción.
— Mi vida... vamos de inmediato. Ya tengo una reservación y ahora que luces tan... espectacular, no quiero dejar pasar esta oportunidad. — Lame sus labios y guiña su ojo. — Dame 10 minutos para darme un baño y cambiarme estas garras.
Reía con pizcas de nerviosismo ante la inesperada respuesta de su amada, junto su cuerpo a ella aspirando la fragancia del perfume de esa noche. — ¿A donde iremos tan elegantes?.
— Eres demasiado linda y el vestido es perfecto, aunque te miren se muy bien que yo he visto lo que escondes..— Pero eso no lo limita a abrazarla con recelo y el no querer soltarla ni un momento.
