En el universo cibernético de Alfheim Online, más conocido como ALO, se estaba llevando a cabo uno de los festivales más grandes del año. Los cielos estaban llenos de vibrantes colores, emanando de los fuegos artificiales mágicos que iluminaban el ambiente con un tono festivo. Las calles estaban llenas de jugadores, llenando la atmósfera con el bullicio de las charlas y risas, mientras todos disfrutaban del ambiente festivo. En medio de este bullicio, había un personaje distinguido: Eiji, un jugador veterano y antiguo espadachín de Aincrad.
Eiji era un hombre que apreciaba las pequeñas alegrías de la vida virtual. Su corazón, sin embargo, guardaba un profundo afecto por una persona muy especial, una entidad más allá de la mera realidad virtual: Yuna, la cantante más famosa de ALO y Ordinal Scale. Su historia en Aincrad, llena de risas, amor y lágrimas, le había dejado una marca indeleble. Yuna era una melodía en su vida que no podía olvidar y que apreciaba que esté aún a su lado, viviendo en la realidad y en el mundo virtual.
Bajo el cielo nocturno de ALO, Eiji estaba de pie al borde de la plaza del festival, sosteniendo en su mano un cristal azul. Lo miró por un momento, su reflejo brillando en sus ojos. Luego, después de un pequeño suspiro, pronunció el nombre de Yuna. El cristal vibró, respondiendo a su llamada.
Eiji se giró para enfrentarla, una sonrisa tímida en su rostro, antes de que ella pueda preguntarle algo, él prefirió mencionar. [b][c=#6060BF]"Es un festival, Yuna."[/c][/b] comenzó, extendiendo su mano hacia ella. [b][c=#6060BF]"Pensé que te gustaría venir. Sabes, para recordar viejos tiempos..."[/c][/b] Confesó animado.
Eiji la tomó de la mano, caminaron juntos hacia el festival, listos para crear nuevos recuerdos en medio de la música, la risa y el resplandor de los fuegos artificiales. En un mundo donde las posibilidades eran infinitas, para Eiji, este momento con Yuna, era la mayor alegría que podía pedir.
