26-30, M
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SW-User
Ella por el momento ignoraba la importante función de aquellas gafas tan peculiares, por ello simplemente las vio como un accesorio que al joven le gustaba portar, y no les prestó la importancia que debería. Así que simplemente se limitó a sonreír en espera de una respuesta. La "cercanía" del varón al mirarla con tanta atención no le incomodó en absoluto, probablemente, porque hacía mucho que nadie la veía de ese modo, de hecho, le hizo sentir cierta calidez en su pecho, como si volviera años atrás en aquellos en los que la gente era capaz de verla e interactuar con ella como con cualquier otra persona viva.
— ¡Así que Yu-kun, el estudiante de intercambio! Es un placer. Mi nombre es Yuuko, ¡aunque me conocen mejor como "el fantasma del viejo edificio"! — Exclamó con evidente alegría. ¿Por qué se alegraría por tal calificativo? Sencillamente, era porque a pesar de que la gente no reparase en ella de forma óptima, al menos todos tenían siempre presente su existencia, y eso para ella, era suficiente.
Casi de inmediato tras presentarse, correspondió aquella reverencia del mismo modo, atisbando la pronta sorpresa o incertidumbre que fuese a mostrar su contrario y, a pesar de ello, aún sonriendo con total naturalidad. Después de todo, ¿a quién engañaba? ¡Estaba feliz de que alguien le hablara! Después negó, dignándose a responder a pesar de que tras lo que había dicho anteriormente, probablemente no sería necesario hacerlo. — No... No hay modo de que estemos en la misma clase. — Por su parte, tras reincorporarse y decir eso, se quedó allí sin moverse, dando la espalda al joven. Tan sólo se había volteado levemente para ser capaz de verle de soslayo, con serenidad y ya sin agregar nada más.
— ¡Así que Yu-kun, el estudiante de intercambio! Es un placer. Mi nombre es Yuuko, ¡aunque me conocen mejor como "el fantasma del viejo edificio"! — Exclamó con evidente alegría. ¿Por qué se alegraría por tal calificativo? Sencillamente, era porque a pesar de que la gente no reparase en ella de forma óptima, al menos todos tenían siempre presente su existencia, y eso para ella, era suficiente.
