Le vió partir de allí, ella se comportaba como una niña enamorada, pero él mismo tenía una mirada de idiota. Parecía de esos amantes de los libros que suspira hechizado por su chica, entonces pensó en que debió detenerla...por esa hermosa conexión cálida que sintió con aquel abrazo. Pero Sharrkan era realmente paciente con su amada maga, le daba sus espacios pese a que en su mente varios repentinos pensamientos llegarón. La adoraba y pensaba a menudo que todas las cosas a su tiempo con ella era lo mejor, todo, absolutamente todo.

Y cuando estuvo fuera de su vista, se abrazó a si misma con fuerza, ahogando un gritito emocionado, aunque la sonrisa de sus labios sí que era imposible de disimular, parecía una adolescente emocionada con ello; mas se quedó pensando en si él había sentido esa extraña y cálida conexión, aún sentía escalofríos de sólo recordarlo.

Exhaló tratando de invocar un poco de calma, hallándola poco a poco al cerrar sus ojos por completo; viéndolo bien, era absurdo que se pusiera así, aunque cada acción le ponía nerviosa de nuevo, como el abrazo del moreno en torno a su cintura, afirmándose más en ese abrazo que ella misma mantuvo al seguir rodeando su cuello, posición que aprovechó para colar sus dedos por entre la blancas hebras de su amado espadachín, acariciándole lentamente.

— Iré... A terminar de vestirme. —Dijo en un susurro cálido, sus mejillas permanecían encendidas en sonrojo y se sentían calientes. Y aunque no quería separarse de él por algo inexplicable, ese algo que su piel sentía al estar en contacto directo con la ajena, tuvo que hacerlo, deslizando sus manos enseguida para cubrirse los pechos y así deslizarse a un costado, estaba por irse, así, sin más, pero se volvió para de un pequeño impulso poder besar la mejilla de su amado y así partir finalmente.

No lo podía negar, el frote delicado de aquellos volumenes contra su firme pecho tallado por el ejercicio era algo bastante "erótico" para el moreno. Quien comprendió la timidez de su chica con aquella petición un tanto infantil. Entonces, reafirmo su fuerte brazo zurdo alrededor de la delgada cintura ajena para afirmar más el abrazo. Entonces cerró ambos ojos y se dedico a pensar en como el exquisito aroma ajeno llegó a su olfato.

Suspiró, el olía tan bien y se sentía tan cálido entre sus delgados brazos que sí, siquiera se puso a pensar en el estado en que estaban, ella simplemente disfrutó de su cercanía al punto de cerrar sus ojos y no pensar en nada que no fuera él cuando frotaba su mejilla, cuando lo escuchó y sonrió por defecto, abrazándolo más.— Suena lindo cuando lo dices tú...—Dijo bajito casi sin pensarlo, su pecho se llenaba de gozo, de esos sentimientos tan fuertes hacía él; hasta que al alzarse en las puntas de sus pies su cuerpo se apegó más y con ello cayó en cuenta de algo cuando su piel se frotó con la ajena, colorándose también sus mejillas violentamente, ahora casi colgándose de él.— ¡No me sueltes, no me sueltes! ¡C-Cierra los ojos! —Era absurdo, entre sus nervios y más se aferraba a él, más evidente se hacía la desnudes de ambos al apegar su pecho sobre el ajeno.

Eso lo atrapó, a decir verdad el moreno bajaba la guardía con la cercanía de la maga, no le importaba comportarse como un mocoso más cuando ella le había dicho que le quería de esa forma. Y él aún no encontraba las palabras correctas para decirle el montón de cosas que sentía por ella o como la veía.

— Hermosa...— Fue lo único que logro articular y es qué tenerla tan cerca hizó que sus mejillas se tornarán rojizas, tanto al punto que se notó en su oscura piel. Pero es que Yamuraiha parecía no ser consciente de que ambos cuerpos estaban sin ropa alguna y uno tan pegado al otro.

Hizo a un lado el pequeño frasco y de paso lo llevó hasta su nariz ¿De verdad era tan intenso? para ella era fresco. Rió apenas un poco al escucharlo, no tenía remedio, era tan bobo... Pero la hacía reír y también feliz.
— ¿E-Eh? —El sonrojo nació tan pronto lo vio oler su cabello, no era la gran cosa y sin embargo ella no dejaba de cohibirse en ocasiones. No obstante, apartó su mechón para así colocarse frente a él, dejando a sus espaldas el lavabo y así abrazarlo, habiendo dejado el frasco sobre el tocador; fue delicada al deslizar ambas manos por su cuello, alzándose un poco para poder alcanzarlo a plenitud y así poder acurrucar su rostro en su cuello y luego frotar su mejilla contra su barbilla recién afeitada, dando un prolongado respiro.— Y a mi el tuyo, me gusta todo de ti, tonto. —

— ¡Pff!, ese aroma es muy fuerte—

Alejó aquel frasco con un suave empujón, parecía un mocoso refunfuñando por el aroma, la verdad solo lo hacía para molestarla.

— De igual forma— Habló "chistoso" por que se tapaba la nariz, entonces se acercó esta vez para tomar uno de los mechones de aquellos bellos cabellos y olfatearlo

—....No importa lo que uses...me gusta tu aroma...— Dijó cerrando ambos parpados para profundizar aquel "olfateo".

— ¡¿Cómo qué olorosa?! ¿Soy oloro...? ¡Dame eso!—Repicó al instante mismo en que le arrebataba de las manos el frasco de cristal, atesorandolo contra su pecho apenas cubierto por sus largos cabellos mientras resoplaba.—Es para mantener la piel hidratada y suave... Además, no es oloroso, mira, mira. —Al destapar el frasco, acercó el mismo hacía el rostro del peliblanco, con intención de que oliera el fresco aroma.—

— Aun ni entiendo el porque?, usas tantos menjurjes—

Soltó resoplando un poco al terminar de rasurarse la barbilla, entonces lavo la cuchilla y la dejo a un lado para tomar uno de los frascos que ahí yacía.

— Aceite de algas...para que sirve?, para hacerte mas olorosa o algo así ? — Hablo quien fue tatuado en los parpados desde pequeño, esa fina linea que yacía en los ojos de Sharrkan no era de adorno, formaba parte de su cultura de la realeza.