El ambiente generado en ese místico lugar, aunque muy alejado de su mundo, ambos eran similares, le trasmitía tranquilidad, un lugar en el que podía estar a gusto entre las criaturas que lo aceptaban. Se sentía en casa. Luego del recorrido que no duro mas de 5 minutos, pudo apreciar el hogar del guardián, demasiado impresionante el poder admirar una casa tradicional del país.

Continuo su camino prestando atención a las acciones contrarias e imitando el lavado de pies luego se quitar sus botas hechas de piel, de un lobo moribundo que agradecido con el toro por su larga amistad tuvo la gratitud de ofrecerle su piel como regalo. —Eso puedo ver. . . este lugar es muy acogedor. Sera interesante vivir aquí por un tiempo —