Bueno... si está seguro al respecto, está bien. Pero no es ninguna molestia para mi, no diga eso~

—Mostró una dulce sonrisa, terminando por acercarse, mirándolo fijamente.—

¿Podría agacharse un poco? Es demasiado alto para mi~

Fue escuchando con atención sus palabras, mostrando gran interés con lo que el dragón iba revelando, cuando este finalizo no dijo nada en el momento, se mostró pensativo mientras sobaba su mentón, luego de pensar unos segundos termino por asentir. —No tengo problema con ese metodo, sera mejor para ambos y así no tendré que molestarle —

—Al mirarlo y entender su duda, mostró una pequeña sonrisa en un intento de calmarlo un poco, antes de pensar como explicar de mejor forma.—

Pues... El uso de energía es, literalmente, darle una pequeña parte de mi energía a su cerebro.

—Musitó, pensativo de nuevo al elegir mejor sus palabras.—

Es como un pequeño choque en la zona de comprensión, le ayudará a entender mi idioma, pero es invasivo al ser mi energía después de todo.

Su mirada se despego de los pergaminos y se poso sobre el dragón dudosos por lo dicho ¿Uso de energía? Esas palabras le generaron algo de curiosidad. —¿Puede ser mas claro?— Término por girar bien su cuerpo para queden de frente a él..

Oh, cierto...

—Pequeño detalle que no había tomado en cuenta, acercándose tranquilamente y observando el papel, pensativo por un instante.
Ya hacía mucho tiempo no usaba ese recurso, sin embargo no lo veía mala idea.—

Bueno, hay un modo de ayudarlo a entender mi idioma de mejor forma, aunque no sé si el uso de energía le sea muy invasivo.
Igualmente puedo relatarle las historias si prefiere, la verdad es que no sé escribir en otra forma que no sea chino tradicional~

Al tiempo que el dragón describía el lugar, el Toro paseaba su mirada por este mismo totalmente admirado.
Siguió sus pasos entrando a la habitación luego de que el dragón lo hiciera, se acercó a los pergaminos y tomo uno de ellos para apreciarlos mejor, pero su decepción se hizo evidente cuando notó la escritura, imposible de leer para quien había pisado por primera vez esa región. —¿Cree poder traducirme estos pergaminos?— Cuestiono mientras su mirada insistente seguía sobre el papel, cómo si al hacerlo este de la nada lograría entender.

—Fue adentrando sus pasos dentro de la vivienda, siguiendo un largo pasillo de madera hasta donde empezaban las puertas corredizas, llegando a una en particular que abrió y mostró una habitación sencilla pero bien equipada con lo básico, de estilo tradicional y colores terrozos.—

Espero esta alcoba sea de su agrado. Tiene un ventanal al exterior, su pequeña mesa para reposo, el té o escritura, la cama, algunos pergaminos con distintas leyendas de la región.

—Musitaba con calma, adentrándose para darle el pequeño recorrido.—

El ambiente generado en ese místico lugar, aunque muy alejado de su mundo, ambos eran similares, le trasmitía tranquilidad, un lugar en el que podía estar a gusto entre las criaturas que lo aceptaban. Se sentía en casa. Luego del recorrido que no duro mas de 5 minutos, pudo apreciar el hogar del guardián, demasiado impresionante el poder admirar una casa tradicional del país.

Continuo su camino prestando atención a las acciones contrarias e imitando el lavado de pies luego se quitar sus botas hechas de piel, de un lobo moribundo que agradecido con el toro por su larga amistad tuvo la gratitud de ofrecerle su piel como regalo. —Eso puedo ver. . . este lugar es muy acogedor. Sera interesante vivir aquí por un tiempo —

—Avanzaba sereno, tomándole no más de 5 minutos llegar finalmente a su hogar protegido por una barrera, dónde varios animales reposaban en conjunto, algo que pudiera parecer antinatural pero era como un pequeño Edén.
Fue directo a la residencia tradicional, subiendo la escalera para terminar por elevar sus ropajes y meter sus pies a lavar en un cuenco de agua fresca, mostrando que siempre iba descalzo.—

Espero no le resulte abrumador. La naturaleza aquí no se comporta como usualmente es...

Apesar de su dulce tono de vos, pudo percibir esa firmeza que para el toro resultaba atrayendo, tomando en cuenta lo firme que este también era. —Esta bien, aceptare su invitación— Aguardo a que tomara en brazos al pequeño animal antes de poder acercarse a el guardia manteniendo una puedente distancia —Le sigo —