—Cubría sus labios, tratando de mantener al mínimo su voz por lo que estaba haciendo a plena mañana. Aún negado a todo, su cuerpo también tenía necesidad, tratando de aliviar un poco el calor por la abstinencia.—
C-caín... te lo... te lo advierto por última vez. No me toques...
—Musitó, titubeando a pesar de querer demostrarse amenazante, terminando atrapado y cerrando los ojos por un momento, negándose a mirarlo fijamente.—
N-no... no voy a...
—Terminó callado cuando fue sujetado del mentón, observándolo fijamente por primera vez desde que lo volvió a ver ahí, perdiéndose en automático en aquellos ojos que tanto trató de evitar. No se negó a sus labios, apenas soltando un suspiro leve antes de responder lentamente, cerrando los ojos de nuevo y sintiendo el rozar de la tela al ser arrancada, estremeciendo y temblando un poco, alzando sus manos para apoyarlas al torso del vampiro.—
