—Siguió su camino directo a casa, entrando con calma y siendo seguido por un pequeño séquito de conejos.
La llegada de aquel hombre le dejó con cierta inquietud, había pasado tanto y el vampiro quedó en sus recuerdos nada más, creyendo que nunca volvería a saber de él, suspirando.—

Caín... Si supieras lo que ha pasado, quizá me matarías.

Detuvo su andar en cuanto escucho las palabras del contrario, escuchando estas atentamente sin volteara a verlo, lo que había dicho era de su interés, de ser cierto lo que decía eso le facilitaría el estar ahí y se ahorraría el tener que buscar una cueva o construir una cabaña. —Gracias— Luego de agradecer término por internarse más en el bosque hasta perderse de vista.

En el bosque la naturaleza pone sus reglas... pero en mi barrera es diferente.

—Agregó suave, terminando por sacar la mano del agua luego de un pequeño lapso, poniéndose de pie y caminando directo a su hogar, mirándolo de reojo.—

Hay una antigua cabaña a algunos metros de aquí. Puede quedarse en ella.

—No se preocupe, el bosque también es mi hogar y cuido de toda criatura que habita en el.— Fue lo unico que dijo mientras veía al dragón alejarse, hizo lo mismo lugar de perderlo de vista, debía buscar un lugar donde dormir que estuviese cerca de donde vivía el dragón.

Puede quedarse entonces, sólo le pido no cometer imprudencias, no me gusta usar la violencia.

—Musitó con calma, aún cuando no estaba nada tranquilo con la presencia de un completo extraño.
Caminó en dirección al lago, a unos cuantos metros, metiendo su mano en este al tomar asiento a las orillas.—

No sé por cuanto tiempo vaya a quedarse, así que tenga cuidado con mis animales.

No muy convencido de sus palabras comenzó a inspeccionar el lugar con su mirada al tiempo que llenaba sus fosas nasales con el aroma del bosque, buscando el mínimo olor que se le pareciera a Caín, pero no detecto nada. Volvió a clavar la mirada en el dragón. —No hay nada que pueda hacer si no piensa decirme donde esta, obligarlo seria dañarle y eso iria en contra de las ordenes de Caín, pero tampoco puedo irme. Tengo ordenes de quedarme por un tiempo —

No está aquí, es todo lo que puedo decirle.

—Tampoco pensaba confiar su cuidado en un extraño que, a pesar de decir ser mandado por quien fuera su pareja, aparecía apenas y luego de tanto tiempo, no le daba confianza.—

Agradezco que Caín lo haya mandado pero, realmente, no es necesario.
No hay nadie a quien cuidar, menos a estás alturas.

El lycan ignoraba lo sucedido entre ellos dos, por el simple hecho de que no le interesaba saber lo que aquel vampiro hacia con su vida, lo aborrecía pero por desgracia estaba bajo su poder, obedeciendo simples caprichos como el cuidar a alguien que hasta el momento le era indiferente. Por su mente solo paseaba la idea de una oportunidad para poder deshacerse de aquel que nacido con la sangre de un monstruo. —¿Donde esta? Debo asegurarme de que él esta bien—

Ha...pasado bastante.

—Musitó suave, sin poder creer que él aún los recordaba.—

Lo agradezco, caballero pero... Mi hijo no está aquí.

—Me envió a cuidarlo, a usted y a su hijo— Aclaro ante la aparente duda del dragón.