—El cielo se despejó luego de aquella lluvia pasajera, dejando las estrellas y la luna volver a su esplendor de siempre. Luego se un largo día de cuidar a su pequeño, comenzar a ayudarlo a caminar, atender el bosque como hacía tiempo no lo hacía, finalmente se sentía cansado, al grado de necesitar relajarse en el lago. Poco a poco retiró sus prendas, dejándolas caer al suelo, observando el agua cristalina e ingresando lentamente, suspirando ante el frío de la misma.—