No puedo decirte que si porque no me he visto en esas mismas situaciones desde que ocurrieron, Caín... Pero ahora sé que fue por eso, que es algo que debo corregir y quiero intentarlo...
Claro, si tú me lo permites.

—Agregó finalmente, mirándolo fijamente, manteniendo el suave agarre a su mano por un momento antes de soltarlo y jugar con sus propias manos bajo las mangas, nervioso.—

No necesito pensar nada más. Deseo estar al lado de quién tiene mi corazón en sus manos, a quien tanto me ha dolido perder y...ahora vuelvo a tener aquí en frente.
Caín, deseo volver a estar contigo.

Clavó su mirada en el dragón y escuchó sus palabras con atención sin dejar de verlo. —¿Que hay con lo que nos condujo a esto? ¿Haz aprendido como para evitar que se repita una tercera vez? Es simple curiosidad. Después de todo también te dije que aceptaría todo si con eso puedo seguir contigo. . . pero siento que debes pensarlo mejor—

—Esas palabras, su forma tan directa de decirlo ahora hubiera preferido fueran en ese momento, antes de todo pero, a la par, lo entendía.
Terminó suspirando, acercándose una vez más a tomar suavemente la mano del vampiro para llamar su atención, su hijo era importante pero deseaba que lo mirara a él, que le hablara directo a él.—

Caín... El tiempo que necesitaba ya pasó, ya he pensado las cosas y no he dejado de amarte, eso lo tengo claro...
Pero necesito que... Que me prometas algo.
Si volvemos, si hacemos las cosas desde cero, promete que no volverás a callar cuando me esté equivocando, que me lo dirás sin rodeos, sin esperar o aplazar... Yo... Quiero saber si hago o no las cosas bien, saber lo que te molesta, poder aprender a mejorar en todo sentido.

—Te dije lo que quería de ti, cuando volví aquí y me reuní contigo. . . te pedí otra oportunidad e iniciar desde cero, pero de ti vi inseguridad. Tu eres quien nesecita penserlo, por eso me pediste tiempo, ¿No es así? por eso tarde en buscar a mi hijo, quería darte ese tiempo para pensar las cosas. En mi caso no necesite tiempo, te dije que dejaría aun lado lo ocurrido, y aceptaría incluso si llegases a amar a alguien más que a mi. ¿Sabes que esperaba oír de ti al inicio? Justo lo que acabas de decir al final. Y no escuchar el temor que sientes por volver a equivocarte. . . si se desee, se puede intentar hacer las cosas bien, también he errado por callar, pero como tu tampoco me sentí con derecho a exigir o reclamar dado nuestra situación. Asi que me atrevo a decir, que en efecto, depende de ti, depende de ti si quieres intentarlo, si deseas que volvamos a hacer una familia. Y si no te quedo claro, lo que quiero ti es todo.— Dijo todo aquello sin apartar la mirada de su hijo.

—Se mantuvo abrazado a él, callando por un momento, terminando por suspirar y soltarlo poco a poco, sintiendo que quizá se equivocó al hacerlo, al abrazarlo como si temiera que se fuera cuando eso ya era un hecho.—

¿Y realmente sé lo que quieres?
Caín, caímos en esto porque yo jamás supe lo que querías, no pongas esas palabras y carga encima de mis hombros.

—Estuvo a nada de suplicarle, de pedirle que fueran una pareja y una familia una vez más, pero esas palabras fueron justo lo que no quería escuchar, lo que reafirmó su miedo y la incapacidad que sentía para amar de forma correcta.—

Yo esperaba que... Que me ayudaras a entender, a seguir aprendiendo. A comprender cuando deseas algo y cuando no...
Pero no soy un niño ni ese es tu trabajo, no te daré lo que esperas porque no sé que es lo que quieres.

Después de un momento de silencio donde puedo calmar su sorpresa, y así mismo ordenar sus ideas sonrió con sutileza, no nego con esa apenas perceptiva sonrisa que esas palabras de alguna forma le provocaron cierta dicha; sin embargo, la amargura seguía presente en él, aun cuando su rostro intentaba mantener aquel estoico semblante. —No tienes que suplicar, solo tienes que decidir. . . Tu sabes lo que quiero pero es tu decisión si entregarte a mi o no. . . O dime ¿que mas esperas tu de mi?—

No esperó nada de eso, no de él. . . y tampoco planeaba seguirte insistiendo, él ya sabia lo que deseaba y lo que sentia por el.

Seguía escuchando con atención sus palabras, era verdad que no esperaba nada de lo anterior dicho por el dragón, eso lo supo cuando se inició ese conflicto que terminó con su compromiso, es por eso que cuando sintió sus brazos rodearle mientras observaba a su hijo abrió los ojos por completo totalmente desconcertado, con franqueza tampoco espero esa acción de él, a su momento no supo cómo reaccionar o que decir, su palabras finales lo habían dejado mudo por un instante [. . .]

—Alzó la mirada al escuchar su voz, sonriendo con amargura y suspirando, terminando por sacar esas ilusiones que aún guardaba en el fondo.—

Si esa es tu elección, no sé que esperas... No sé que quieres que yo haga.
¿Que te suplique? ¿Que me levanté, te abrace, llore y... Y te pida que no lo hagas?

—Musitó aquello como si fuera la última opción del mundo, pero no fue así. Se levantó, acercándose al vampiro y terminando por abrazarlo desde la espalda, apegando la frente a su cuerpo.—

¿Que te diga cuánto te sigo amando, cuánto deseo volver a estar en tus brazos...?

—Asi es. . . No estábamos destinados. Solo me queda hacerme a un lado— Dejo a su hijo en la cuna con sumo cuidado, este se había quedado dormido luego de pasar un tiempo jugando.