—Luego de tan peculiar mañana y parte de la tarde, optó por distraer su mente ya que no tenía compañía y su pequeño estaba más perdido en su mundo que nada, tomando aquellos libros que alguna vez le regaló un viejo amigo, empezando a leer poco a poco. Estaba infinitamente agradecido, se había dedicado a traducirlos para él pues nunca salió del chino tradicional, aunque a la par podía ver el otro idioma al que estaban, al parecer inglés.—