—Luego de atender a su pequeño y dar de comer a las niñas, las dejó salir a jugar como cada día, tomando asiento para mirarlas alejarse por los alrededores en el bosque, sonriente.
Mantuvo a su más pequeño bebé en la cuneta, con su biberón y un pequeño peluche que le hizo de conejo.—
Que día tan sereno~