Para cualquier otro padre eso habría sido reprobable, pero para el ancestro tal acción le causo gracia, el sadismo que su hijo mostro, el imaginarlo le enorgullecio, hasta cierto nivel, pues conociendo a Fei eso sin duda le causo un trauma. —No creo que ese fuera él motivo — Mientras sostenía la mano de su hijo,recordó el motivo real de eso.

—Cuando iba con su padre a la par, le esperó para tomar su mano y seguir, pensando, terminando por elegir hablar.—

Cuando era bebé, mamá me selló porque maté a varios conejos.

—Musitó con mucha calma, pensando que esa era la razón, sabiendo que su madre adoraba a dichos animales.—

Lo que recuerdo es eso, de ahí, me quedé dormido hasta hasta algún tiempo~

Antes de bajar de la rama se sumió brevemente en sus pensamientos, soltó un suspiro profundo y volvió a la realidad bajando de la rama para posteriormente seguir a su hijo.

—Nuevamente recuperó su dulce sonrisa, asintiendo y bajando del árbol de un brinco, cayendo en el suelo con tal facilidad que se denotaba que no era humano en absoluto.—

Apresúrate, papá!~

—Le llamó antes de dar la media vuelta, corriendo directo al lago.—

Las palabras de su hijo lo inquietaron. ¿A que se refería con todos eso? Fei era su madre, ¿No quererlo? Era ridículo. —No digas eso, tu madre te ama— Se puso de pie sobre la gruesa rama. —Demos por terminada esta charla. ¿Te parece si vamos a nadar un rato al lago— Después hablara con el dragón para aclarar las palabras de si hijo.

Cálido y puro...

—Repitió suavemente, terminando por quedarse perdido en sus propios pensamientos, en muchas cosas que hizo con inocencia y fue lo que orilló a su madre a dormirlo.—

Mamá... mamá no me quería de bebé. Sólo recuerdo sangre, a mi mamá molesto y quedarme dormido después.

Sostuvo un poco mas la pequeña mano de su hijo y luego respondió con seguridad. —Eres cómo tu madre, posees calor, emociones, tienes un corazón cálido y puro — A diferencia de sus otros hijos que ambicionan poder y viven derramando sangre.

—Cada expresión la miraba atentamente, no dejaba de analizar a su padre pues quería conocer cada detalle, sin embargo sus expresiones, aún naturales, eran opacas.
Con el beso en sus nudillos sólo se encogió de hombros, sentía sus labios helados y, ahora, se preguntaba si él era igual de helado o no.—

Papá... ¿Yo si tengo calor o...soy como tú?

Ese acto gentil de su hijo produjo una familiar sensación de calor que ya casi había olvidado, sonrió cómo acto maquinal ante esa caricia pero no se atrevió a mirarlo, permaneció igual. Pero en segundos ese confort que había nacido en el ancestral se defumino cuando el momento de responder llego. —Todo fue mi culpa, así que no te preocupes, tu madre no hizo nada malo — Al concluir con sus palabras elevo su rostro finalmente viendo a su hijo aun con aquella sonrisa, tomó su pequeña mano y la acerco a sus labios dejando un sutil beso en los nudillos.

¿Mamá te lastimó?

—Aquello le causó más curiosidad, mirándolo y terminando por subir a una rama más cercana, estirando su manita para tocar la mejilla de su padre.—

¿Mamá hizo algo malo?