[code]++ — Bueno, pienso que angustiarse por la muerte es algo innecesario, especialmente que la muerte es tan natural como el vivir.

Agregó como respuesta brindando un par de palmadas adicionales a los hombros contrarios. Mientras tanto, aquella sonrisa de la que el contrario hablaba se mantuvo sin poder contener la alegría de encontrar a su compañero de armas, que más que ello le consideraba un gran amigo por la sinceridad que tenía y su gran sentido de justicia.

— Parece que aún eres algo pequeño. ¡Vamos! ¡Comamos juntos!

Continuó animado, alzando ambos brazos totalmente dispuesto por limpiar la cocina, aún pese a no necesitar comida para subsistir, estaría dispuesto a devorar montañas de comida como era su costumbre.++[/code]

¿Hm?

-La voz se hizo fácil de reconocer, después de todo, no se trataba ni más ni menos que su compañero de armas, y más aun, el compañero con el cual había embarcado su búsqueda por el Santo Grial.-

Entonces tú también estás aquí.

-La emoción y energías de Percival contrastan perfectamente con la apatía de Galahad, una curiosa muestra de las diferencias entre los dos conquistadores del Santo Grial, pero aún así, el albino seguía considerando a su compañero de armas, uno de los muy pocos con los cuales este alza la mirada.-

Veo que ni la muerte fue capaz de borrar esa amplia sonrisa de tu rostro, Percival. Muy bien

[code]++ — ¡Ah! Pero... ¡Pero si eres tu! ¡Finalmente!

Exclamó en un alto tono de voz, como era característico en una amalgama de emociones en las que resaltaban la emoción, la sorpresa y la alegría. Pese a saber que ambas personalidades contrastaban, aquel se acercó hasta el donde alzó sus manos donde le tomaría de los hombros para verle mejor y darle unas suaves palmadas.

— ¡Sir Galahad! ¡Qué alegría! ++[/code]