Retiro su mano despacio, acariciando ahora con toda su palma su rostro. ── Que no me veas no quiere decir que no este.
Volvió a optar por aquella posesión del comienzo, mirado cada una de sus reacciones la cual la hacia sonreír.
── Fio es mi hija por eso tiene mi aroma y este se impregna en las personas que amo.
Por eso sus hijas lo tiene, incluso sus hijos poseen el aroma aunque Alees se asemejaba más al de su padre, sin pedir permiso lo atrajo a ella para que recostara en su regazo.
La soltó suavemente y nego mirando arriba. —No... siempre que parpadeo te has ido de nuevo, pero nunca te quedas conmigo. Respondé casi en murmuro y cerró los ojos al sentir el calor de su piel, y su corazón se aceleró al oirla llamarlo otra vez. —Ella huele a ti, y se parece a ti, hay muchas personas en este mundo con tu olor, ¿explícame por qué?
── Mi amado Yuki yo estoy contigo no me he ido. ─ Respondió con ese tono gentil que la caracterizaba, brindado caricias a su mejilla con su dedo pulgar al ver como se sonrojaba apareciendo una tonta mirada en su rostro. ── Mi Yuki~ has estado con Fio hueles a ella.
Se contuvo suficiente para no comportarse como la ultima vez, pero chillaba por la anciedad, cuando lo llamó dió un paso convirtiendose en hombre de pronto y tomó su blanca mano abrazándose a ella con la mejilla, y se sento a su lado sonrojandose un poco por la presencia de su dueña pero trataba de respirar tranquilo su aroma. —¿porque no puedes quedarte conmigo?
Bañada a la luz de la luna Viviana raciocinio aquellos ojos carmin, sin ser necesario hablar extendió su mano llamándolo para que se quedara a su lado.
