— Deja de coquetearme, Avery. — Murmuró, a pesar de que en verdad disfrutaba de aquello. Su vida con Avery era mucho más sencilla de lo que esperaba. Una vez que ambos habían admitido sus emociones y decidido pasar capitulo juntos, todo había mejorado. Al parecer estaban por regresar a lo de antes, pero esta vez, siendo pareja. — ¿si vemos a los demás, que haremos? No pretendo retroceder todo lo que hemos avanzado. No mentiré, me emociona el dinero. Ya nos quedaba poco.
— Te deseo cada segundo del día — Susurró cerca de su oído, más para molestarlo que por intentar seducirlo. El momento, aunque fuera una de esas ocasiones donde podía estar por horas jugando con Varick a un estira y afloja, no era precisamente el más indicado. — No he revisado la cuenta de la Orden, no sé si haya fondos. — La última vez que había revisado, estaba en ceros. Justo esa había sido la señal que esperaba para confirmar su ruptura con sus amigos. Suspiró pesadamente, mirando por la ventana — Seguramente nos darán efectivo al bajar del avión. Tenemos los boletos, ¿no es así?
— Tuvimos sexo esta mañana. ¿Tan rápido me deseas de nuevo? — Se quedó mirando hacia afuera, Avery detrás suyo, sosteniéndole. Repasaba los detalles de la misión en su mente una y otra vez. Parecía muy precipitado y poco planeado. La parte más lógica de su cerebro le indicaba que no valía la pena perder la vida que llevaban por ello. Sin embargo, a la orden no se le decía "no", mucho menos lo quería decir. — No tenemos mucho tiempo. ¿Qué hay de todo lo que necesitamos? Transporte, municiones, armas, claves. Parece como si estuviéramos solos.
— Tú fuiste quién me dijo que le gustaba que esa cabeza fuera la protagonista — Rodeó su cintura casi al instante que él le acercó, girándose por completo hacia su cuerpo. Respondió el beso y sin más, pasó a colocarse detrás de él, recargando el pecho contra su espalda. Su mentón encontró el lugar sobre su coronilla, mientras acariciaba torpemente sus costados— No es normal, sin duda. La Orden no suele ser así de desorganizada. Debe de haber algo más. —La idea de que algo estuviera pasando sin que se enterara, le molestaba. Su rompimiento con su antiguo mejor amigo, su distanciamiento con Lena, todo era un sacrificio que había dejado por Varick aún cuando él no se lo había pedido. La Orden siempre se las arreglaba para cambiar sus planes. — Necesitamos revisar la logística, los tiempos.
El comentario de Avery, lleno de descaro logró sacarle de su estupor. Una risa escapó de sus labios y le tomó la mano, acercandolo. — Eres un imbécil, deja de pensar con la cabeza de abajo un momento. — Pese a su reclamo le robó un beso a los labios, fugaz pues su mente regresó a donde anteriormente se encontraba. — Meses sin palabra alguna de la Orden. Silencio. Casi quedamos en quiebra y de la nada vuelve. Es todo tan extraño. — Se encogió de hombros. No sugeriría rechazar la misión. Los anteriores meses habían sido como un cuento de hadas entre ambos. Sin embargo, ninguno de ellos era una princesa. Eran criminales y le hacía falta adrenalina. — Creo que la respuesta te la demuestro cada noche. —
— Siempre podemos hacer algo de ruido. —Sonrió ligeramente hacía él, extendiendo la mano hacía él. Frente a ellos estaba la vista a la que se habían acostumbrado de su apartamento. Vivían ahí los dos. Juntos. Era extraño saber que apenas hacía un par de semanas terminaba de asimilar que tenían ahora una vida juntos, tan poco tiempo lo disfrutó. La misión había llegado por la mañana, apenas un día para preparar las cosas y salir — ¿Aún sabes explotar cosas?
