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[c=#E50000][i]Dicho lugar parecía ser algo duro con sus moradores, lugar donde las reglas tenían que respetarse y seguirse al pie de la letra, las rutinas y horarios eran lo mismo de todos los días, todo era tan monótono que pareciera que la gente careciera de sueños y un futuro prometedor, algo realmente patético o al menos esa era la forma de pensar de Reika, una chica de nacionalidad Japonesa que por asares del destino y por ser "diferente" a los demás fue a parar a ese horrible lugar. ¿Es que acaso no existía una salida? Esta definitivamente no era la vida que ella deseaba llevar así que debía idear un plan lo suficientemente bueno para poder salir de ahí ¿Pero cómo? ¿Acaso debía tomar medidas extremas? Quizá la única forma para salvarse era...
Pero fue en ese preciso momento cuando alguien interrumpió aquellos profundos pensamientos y planes que Reika estaba pensando e ideando; sus facciones no mostraban alegría alguna sino todo lo contrario. [/i][/c]

[b]—¿Ah? ¿Por qué tengo que ser yo quién te muestre el lugar? Puedes recorrerlo tú solo.— [/b] [c=#E50000][i]Dichas palabras no mostraron gran simpatía así que una de las Madres exclamó.[/i][/c] [c=#660000][b]—¡Reika, has lo que se te pide![/b][/c] [c=#E50000][i]Y sin más, Reika unicamente hizo una mueca de enfado y se dirigió hacía la salida esperando a que el chico la siguiera, aunque si no fuera así a ella le importaría poco pues al menos se había salvado de la odiosa clase de cocina que tanto aborrecía y detestaba. Mientras tanto sus pensamientos continuaban divagando en busca de un buen plan para escapar sin poner absoluta atención al recién llegado.[/i][/c] [b]—Necesito salir de aquí a como de lugar...—[/b]