No lo iba a negar, todo lo que le desconocía le causa asombro y curiosidad. ¿Por qué no podía escanearla? Su tecnología parecía de otro mundo, o quizás, lo era. Sin embargo, pese que a veces era un imbecil, cuando el hago le interesaba tenía que sacar sus modales a flote, pese a su orgullo, no era ningún animal.

—¿No del todo? Bueno, somos dos. Aunque yo no soy realmente tan máquina. —Admitió. Aun no tenía tantos implantes como para perder humanidad, al contrario, sólo parte de su brazo derecho y su ojo izquierdo poseían "cromo", de resto, aun permanecía bastante orgánico.

—Debo decir que pareces... Ehm. ¿Impresionante? —Dijo con cierta timidez, era pésimo para halagos, definitivamente.

—Soy Nüying —anunció y ladeó la cabeza al detectar que la estaba examinando. Esa era otra falta de cortesía, pero no dijo nada, después de todo él había admitido que la etiqueta no era su fuerte—. Tienes razón, en cuanto a lo que dijiste antes, no soy humana... No del todo, al menos. ¿Es eso un problema? —empleó un tono de voz suave y aterciopelado que le restó cualquier deje de amenaza a sus palabras; no tenía ganas de verse inmiscuida en peleas.

—Lamentablemente no soy un ejemplo de cortesía. —Declaró sin tapujos, pero con un tono apacible, tampoco se trataba de ganarse enemigos de forma gratuita.

—Me llamó, Zyko. ¿Y tú? —Preguntó, mientras utilizaba su implante ocular para identificar algún detalle adicional en ella. Pero su tecnología era bastante extraña, incierta.

—Depende, ¿quién pregunta? —no era tan confianzuda como para andar revelando cosas de ella, pese a que en ese caso fueran obvias—. Creo que las presentaciones vienen antes de los cuestionamientos. Ya sabe, por educación.

—Hmm... Noto algo de cromo en ti. ¿No eres tan "humana" como pareces correcto? —Inquirió, expectante ante el aura de misterio que la mujer azabache destilaba.