Limpia la comisura de sus labios con el dedo índice. —No ya no, aunque sigo siendo la misma chica. — De igual manera le dejo uno gansito en la mesa, solo y por si quería comerlo.

— Nada de eso. — Negó con su cabeza, prefería otro tipo de comidas y bebidas cuando encendía un cigarrillo.— ¿Entonces ya no eres un conejo?

Balanceo un poco su cabeza mientras sus dedos abrían aquel paquete. —No sé ¿tu dime que eres? — Al conseguir si cometido llevo aquel gansito a su comisura proporcionándole el primer mordiscos, dejando que sus mejillas encandecieran en aquel tono sonrosada cuando degustaba algo de su agrado. —Hmm ¿gustas?—

— ¿Lobito?, ¿Ya no soy un Vampiro? — Miró los gansitos y se preguntó cuántos de esos podría comer una persona.—