En casi absoluto silencio, la rubia trato de mantener el ritmo y seguir de seca al joven de cabello largo. Si bien, podria dedicarse a buscar a su hermano por su cuenta, al desconocer de su paredero; aunado al ambiente que las pandillas manejan, seguramente no podria investigar mucho. Apenas alcanzó a detenerse, casi chocando con el pelinegro. Se había inmerso tanto en su pensamiento que no se percado que habían llegado al lugar. Estuvo a punto de decir algo cuando escuchó el ultimo comentario del joven. Un escalofríos recorrió su cuerpo.
— Baji, ¿Estarás bien? Si no ves a Mikey sal de inmediato.—
Dijo en voz baja, nerviosa. A estas alturas no sabia que esperar de aquel lugar. ¿Acaso lo frecuentaban muchos delincuentes?